Los caballos, esos seres nobles y majestuosos pero con un estómago delicado, llevan acompañándonos desde miles de años para hacernos la vida más fácil e incluso divertida. Que se lo digan a estos campistas al desternillarse con la reacción de este equino ante un nuevo plato que hace las delicias de todo corcel: las patatas fritas.

Como si de un momento de asombroso clímax se tratase, el caballo no puede contener la reacción ante la cata de este nuevo plato y levanta la cabeza esbozando una enorme sonrisa en su dentado, algo que produce enormes carcajadas a sus dueños al ver semejante reacción.

Curioso cuanto menos que tan famoso tubérculo, descubierto en el continente americano, sea del agrado de un animal que fue introducido en el continente con la llegada de los conquistadores españoles. Tras tantos años separados, la historia nos descubre al auténtico 'caballo patatero'.