Recibe la inesperada visita de una foca que se sube a su tabla de paddle surf para tomar el sol

Pocas son las veces en las que tenemos la oportunidad de disfrutar de los animales tan de cerca, sobre todo cuando son ellos los que deciden acercarse voluntariamente. Esto fue lo que le pasó a Cenk, un joven de 25 años que vivió un momento inesperado cuando descansaba sobre su tabla de paddle surf en medio del océano y, de la nada, un curioso visitante decidió acompañarlo y subirse a la tabla con él para tomar el sol.
Pocas son las veces en las que tenemos la oportunidad de disfrutar de los animales tan de cerca, sobre todo cuando son ellos los que deciden acercarse voluntariamente. Esto fue lo que le pasó a Cenk, un joven de 25 años que vivió un momento inesperado cuando descansaba sobre su tabla de paddle surf en medio del océano y, de la nada, un curioso visitante decidió acompañarlo y subirse a la tabla con él para tomar el sol.
Pocas son las veces en las que tenemos la oportunidad de disfrutar de los animales tan de cerca, sobre todo cuando son ellos los que deciden acercarse voluntariamente. Esto fue lo que le pasó a Cenk, un joven de 25 años que vivió un momento inesperado cuando descansaba sobre su tabla de paddle surf en medio del océano y, de la nada, un curioso visitante decidió acompañarlo y subirse a la tabla con él para tomar el sol.
La foca decidió compartir con el joven un momento de tranquilidad.
Wochit

Las interacciones entre animales salvajes y humanos no suelen ser muy comunes. De hecho, pocas son las ocasiones en las que estos se acercan voluntariamente a los de nuestra especie y, mucho menos, con la intención de ser 'amigos'.

Esto fue lo que le ocurrió a Cenk, un joven de 25 años natural de Dorset, en Inglaterra, que vivió un momento único e inolvidable mientras descansaba en su tabla de paddle surf en medio del océano. "Estaba nadando a puerto para ir con mi padre, pero mis piernas se cansaron, así que decidí sentarme y disfrutar del sol", explicó el chico.

Cenk disfrutaba de la tranquilidad de la soledad y el vaivén de las olas cuando, de pronto, se dio cuenta de que tenía una foca junto a él. Pero eso no es todo. El curioso visitante decidió subirse con él a la tabla para disfrutar de los agradables rayos del sol. "Tengo mucha suerte. Hay un montón de focas por aquí, pero nunca había visto algo así", confesó el joven.

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