Cory McJimson es un estadounidense que decidió hacerle un regalo muy especial a su hija: un cachorro de Yorkshire Terrier de 12 meses. Para ello viajó a Ohio, donde había contactado con un criador. El perro le costó 3.000 dólares. Posteriormente, subió a un avión con el perrito, Sebastian, para regresar a su casa, en Los Ángeles. Pero cuando llegó al aeropuerto californiano, se encontró una terrible noticia: el perro había muerto.

Según cuenta TMZ, toda la familia de McJimson había ido al aeropuerto para recibir a Cory y al perro, pero el padre de familia, al abrir el transportín en el que viajaba el animal, vio que ni respiraba ni se movía. Empleados de la compañía aérea Delta Airlines llevaron rápidamente al animal a un veterinario cercano, pero pese a los esfuerzos por reanimarlo, éste había muerto. McJimson contó la verdad a su mujer, pero a sus hijos les dijo que el perro estaba enfermo.

Fuentes de Delta Airlines explicaron a TMZ que han iniciado una investigación para saber qué pudo ocurrir y cómo pudo morir el perro en pleno vuelo, que hacía escala en Atlanta.

"Las mascotas son importantes miembros de las familias y estamos centrados en el bienestar de todos los animales que transportamos. Transmitimos nuestras más profundas condolencias a la familia de Sebastian y estamos llevando a cabo una completa revisión de la situación para entender qué ocurrió". dijo la compañía aérea, con sede en Atlanta..