El universo gastronómico en España está alcanzando unos niveles estratosféricos en cuanto a creatividad, originalidad y entornos increíbles, que hacen que siempre existan locales nuevos, restaurados o incluso reinventados a los que el boca a boca ha situado en el podio de los mejores restaurantes con largas listas de espera.
En esta ocasión queremos ofreceros una selección con algunos de los restaurantes más bonitos de Madrid en los que de alguna u otra manera poder disfrutar de una comida o una cena inolvidables. En algunos casos es el local en sí, en otras es un rincón especial, o puede que lo que llame la atención es su espíritu acogedor o su aire sofisticado y cosmopolita. En todos ellos, la calidad gastronómica se da por sentada, así que puedes elegir el tipo de comida que más te apetece o la decoración con la que te sientas más identificado y prepararte a disfrutar de la experiencia.
1. Robuchon, alta cocina francesa y tres espacios diferenciados
Un concepto polivalente y dinámico con tres espacios diferentes que ofrecen tres experiencias... eso es lo que nos propone Robuchon Madrid. En total son 950 metros cuadrados divididos en tres plantas (ocupa el antiguo local de Embassy, en Paseo de la Castellana, 12) con un Speakeasy en el piso inferior; un servicio más informal en la planta calle denominado L'Ambassade; y la alta cocina francesa de Joël Robuchon en
L'Atelier situado en la primera planta.
L'Atelier ofrece la experiencia gastronómica con mayúsculas, en un espacio elegante presidido por una gran barra. Una sección de la carta de este lugar está dedicada a las pequeñas porciones delicatessen, lo que permite probar varios platos diferentes como caviar imperial de Sologne o ramen de gamba roja.
La carta de vinos ofrece 800 referencias a medio camino entre Francia y España, y de postre es famosa su selección de tartas con una tentadora selección de quesos. JR Group, al que pertenece Robuchon, es el grupo de restaurantes con más estrellas Michelin del mundo.
2. Bakan, raíces mexicanas
Este restaurante mexicano ubicado en la Plaza de la Independencia, en el entorno de la famosa Puerta de Alcalá, cuenta con tortillería propia que elaboran in situ a partir del maíz azul chalqueño importado directamente desde México, con el proceso de nixtamalización. Muy interesante ver cómo se hace, por cierto. De la misma manera que sorprende su gran carta líquida, una de las más amplias de los gastronómicos mexicanos de la ciudad, y que incluye más de 300 referencias de tequilas y mezcales.
Bakan es un local cien por cien acogedor, que homenajea a la cultura mexicana a través del arte huichol, las piñas de Michoacán y la artesanía de Santa Marta del Cobre. En su interior, paredes decoradas con mazorcas de maíz criollo, así como una pared cubierta con maderas de encino que rodean un gran alambique de cobre, símbolo de su propuesta de mezcales.
Los sabores más ácidos y crujientes, para aquellos que se atrevan a probarlos, vienen de la mano de la propuesta de insectos. Chapulines, hormigas chicatanas, escamoles y gusanos de maguey se pueden degustar en Bakan, como ingrediente estrella de sus tortillas al natural.
3. Casa Felisa, tradición sofisticada
En pleno Barrio de Las Salesas, este restaurante es perfecto para quienes buscan un refugio gastronómico en el Madrid de la tradición. Sin adornos ni artificios, con un leve guiño a la contemporaneidad, Casa Felisa cuenta con un interiorismo cuidado obra del estudio Antonio Obrador, que reforma el concepto castizo de 'chulapo'.
Los colores del local de la calle de la Beneficencia, en el elegante hotel URSO, giran en torno al rojo, negro y amarillo pastel, con paredes enteladas y muchos recuerdos de los rincones más icónicos de Madrid. Ahora, además, el chef Antonio del Álamo ha introducido un nuevo menú del día de lunes a viernes a la hora del almuerzo, en el que destacan la ensaladilla rusa con tortilla de camarones o los buñuelos de bacalao.
4. Lelong Asian Club, ambiente cosmopolita
El último proyecto del Grupo China Crown acaba de abrir sus puertas en la madrileña Carrera de San Jerónimo, 9, un espacio de ambiente cosmopolita que fusiona la propuesta gastronómica internacional asiática basada en el producto, con una cuidada ambientación.
Este restaurante ocupa la planta baja de un edificio histórico del año 1886, y en él se han mantenido joyas arquitectónicas como las placas originales de mármol y las columnas de su interior, que crean una sinergia perfecta con el actual diseño del local.
En Lelong hay una barra central dinámica y llena de vida, a través de la cual se accede al salón dividido en varios espacios y a un reservado final increíble, enmarcado por sofás de terciopelo y mucha clase. Completa la oferta gastronómica asiática una carta líquida con más de 1.000 referencias en bodega y una original propuesta de cócteles.
5. Ikigai Velázquez, japonés con sello (muy) personal
El estudio Cousi Interiorismo ha rediseñado este original restaurante japonés recomendado en la Guía Michelin que, tras bajar un buen número de escaleras (está en los bajos de la calle Velázquez 136), se presenta en tonos crema como si de un gran iglú se tratase. Mesas separadas, espacio amplio para los comensales y un ambiente relajado son sus señas de identidad.
El local que ocupa Ikigai Velázquez forma parte de la historia gastronómica de La Capital, puesto que albergó en su día al mítico restaurante Rugantino. En la actualidad, el joven chef Yong Wu Nagahira acerca al público una carta japonesa ambiciosa con un sello muy personal. Entre sus propuestas fuera de carta, destaca su korokke con cecina de Wagyu, una croqueta japonesa con puré Robuchon muy fluido impresionante. Un imprescindible, que ofrece menú degustación corto a buen precio.
6. Leña, el templo de la carne
Leña es el steakhouse de Dani García que va un paso más allá y ofrece una dualidad irresistible: el equilibrio entre la técnica del chef marbellí y la honestidad, junto con el respeto por el producto. Este espacio, que presenta una propuesta donde la gran protagonista es la carne y las distintas formas de cocinarla, como puede ser el ahumado y las brasas, fue reconocido como el restaurante más bonito del mundo por Restaurant & Bar Design Awards en 2021.
La madera, la leña, sus texturas, sus huellas marcadas por el paso del tiempo y el relieve orgánico, crean el ideario de este proyecto. Por su parte, su sede en Madrid presenta un diseño en el que están presentes el uso de este material y su origen, el tronco, que crean un entorno completamente diferente y una experiencia multisensorial. El negro, como color dominante, lo cubre todo, desde paredes, pasando por techos y suelos, hasta mobiliario. El ambiente de este espacio culinario reúne la esencia de lo primitivo, del juego, de las brasas y de materias primas como la piedra y la madera.
7. MamaQuilla, Latinoamérica en un bocado
En la calle José Abascal, 61, el restaurante MamaQuilla es un recorrido sensorial por los colores, los olores y los sabores de Latinoamérica, un local en pleno centro de Madrid que rinde tributo a la comida latina, a sus gentes y a su forma de vida. En un mismo concepto nos encontramos el sabor de los ‘carritos’ a la salida de La Bombonera (Argentina); el taco de las calles de Oaxaca (México); la bandeja paisa de los mercados de abastos de Bogotá (Colombia) y el ron guatemalteco; así como el color de los chiles peruanos y el olor a maracuyá de las calles de Río de Janeiro (Brasil).
La decoración del local es muy especial, con aire desenfadado y ecléctico, un viaje por las Américas que comienza nada más traspasar el umbral. La zona de El Patio (comida en barra y mesas altas) da la bienvenida con paredes de colores y balcones adornados con flores; La Estancia, comida en la mesa con el acompañamiento de espectáculos de música autóctona; y El Primer Piso, un espacio multifuncional que sirve como sala de uso privado, zona para eventos, galería de arte…
8. Papagena, la gran sinfonía del Teatro Real
La temporada de ópera en el Teatro Real se nutre del buen hacer de Ramón Freixa (dos estrellas Michelin) y sus menús de entreacto tematizado por cada ópera, que ofrece en la sexta planta del prestigioso teatro de Madrid. El proyecto gastronómico Papagena acompaña su carta de pinchos en la barra, con tintes internacionales, y su menú 'sentado' de langostinos Robuchon, tarta de ternera gallega o canelón asado de tres carnes con un ambiente sofisticado y cosmopolita.
El arte que rodea las paredes del Teatro Real llega hasta el sexto piso, hasta Papagena, nombre inspirado en el personaje 'Papageno' de la ópera 'La flauta mágica' de Mozart. La decoración, sofisticada pero sin artificios, corre a cargo de Luis García Fraile. Además, en Papagena se puede disfrutar de una exquisita y extensa propuesta de coctelería de autor, también inspirada en las grandes óperas de la historia.
9. Bribón, elegancia clásica
Situado entre la Plaza de Cibeles y la Puerta de Alcalá, el restaurante Bribón abre las puertas de su inspiración clásica a los amantes de la gastronomía de raíz castiza, con platos clásicos de nuestra cocina y mucho ambiente en el local.
El espacio que ocupa este local se divide en varias zonas perfectamente diferenciadas, para disfrutar durante el día o por la noche. Por lo que respecta a la decoración, sobresalen las telas con motivos florales en sus paredes, las maderas nobles y los terciopelos que las rodean. Una gran barra a la entrada, y una zona dedicada a ultramarinos gourmet es lo primero que nos encontramos al entrar. En Bribón conviven el tapeo más informal (con productos de alta calidad, eso sí), y dos elegantes salones para sentarse a disfrutar de la propuesta gastronómica completa, aderezada con música.
10. Baldoria: Cocina italiana y música en directo
Baldoria significa 'jarana' en italiano. Empezando por esta premisa, parece evidente que este restaurante de la calle José Ortega y Gasset, 100 es una fiesta. La colorida decoración también ayuda a ubicarlo. El restaurante de Ciro Cristiano, antiguo chef ejecutivo del Grupo Big Mama, es un local luminoso inspirado en la isla napolitana de Prócida, con la intención de sumergir al comensal en una experiencia divertida y auténtica.
La cocina es 100 por cien artesanal, inspirada en recetas tradicionales italianas con ciertas licencias de autor en torno a la pizza y la pasta frescas para compartir. Piezas de cerámica, vajillas artesanas, una cocina abierta y un balcón con actuaciones musicales completan la oferta de esta verbena gastronómica. Los fines de semana, además, el espacio cuenta con un DJ.
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