La forma más rápida y limpia de cortar la cebolla

Ni cortarla en dos mitades, ni hacerla trizas con el cuchillo. Tenemos la fórmula (casi) mágica para conseguir trocear nuestra cebolla en perfectos y pequeños cubitos, sin desperdiciar nada más que la piel.
La cebolla de cualquier tipo, es un ingrediente universal en la cocina.
La cebolla de cualquier tipo, es un ingrediente universal en la cocina.
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La cebolla de cualquier tipo, es un ingrediente universal en la cocina.

No es un secreto que la cebolla es uno de los productos más 'antipáticos' en la cocina. No al guisarla, sino en los momentos previos en que le damos mil vueltas para intentar hacernos con ella mientras se nos caen los inevitables lagrimones. Su forma redonda no ayuda, su juguito tras quitarle la piel tampoco (por lo resbaladizo). Aunque es omnipresente en el 80 por ciento de los platos de la cocina en España, no es fácil trocearla en partes iguales sin organizar un buen follón, o sin ayudarnos de un robot de cocina apropiado para desmenuzarla.

Hoy no vamos a hablar de su incuestionable versatilidad gastronómica, ni de las mil variedades que existen de la cebolla (morada, chalota, dulce, cebolleta, picante…), sino de la manera más práctica y sencilla de conseguir dividirla en pequeñas porciones iguales para que los sofritos pasen al siguiente nivel

Así se corta limpiamente la cebolla

Para llevar a cabo con éxito nuestro consejo sólo necesitamos un cuchillo bien afilado, de hoja lisa. Lo primero que debemos hacer es retirar la piel de la cebolla, sea la variedad que sea la elegida para cocinar, y pasarla por el grifo de agua fría para eliminar cualquier pequeño resto que pudiera quedar. Además, al lavarla eliminaremos también el líquido suave resbaladizo que la envuelve.

Una vez tenemos la cebolla pelada, la cogemos del rabillo que sobresale, y en ningún caso la cortamos en dos mitades. El truco infalible consiste en cortar un pequeño círculo de su base, en el lado opuesto al 'rabillo' que sobresale. Al cortarlo, haremos que la base pueda colocarse de manera perfectamente estable sobre una tabla de cocina para cortar alimentos. 

Con un corte en la base podremos apoyar la cebolla entera sobre una tabla de cocina.
Con un corte en la base podremos apoyar la cebolla entera sobre una tabla de cocina.
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Sujetamos el rabillo que sobresale con la mano izquierda, con la cebolla bien apoyada sobre esa base estable, y con la mano derecha y el cuchillo de punta fina bien afilado vamos dibujando una especie de gajos (como los de la naranja) alrededor de ella. De arriba abajo, cortamos líneas de no más de un centímetro de distancia entre unas y otras. Y cuando tenemos los 'gajos' dibujados en toda su superficie exterior, tumbamos la cebolla y comenzamos a cortar en la dirección opuesta

Cortar alrededor de la cebolla pelada una especie de gajos nos ayuda a trocearla después limpiamente.
Cortar alrededor de la cebolla pelada una especie de gajos nos ayuda a trocearla después limpiamente.
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Con este sencillo gesto, en apenas unos segundos tendremos cubitos perfectamente troceados, y listos para su consumo en guisos de todo tipo. Un truco tan rápido como limpio, puesto que sólo necesitaremos después enjuagar debidamente la tabla de cocina sobre la que lo hemos trabajado, así como el cuchillo.

Estas son las propiedades de la cebolla

Uno de los ingredientes más universales de la cocina, que puede tomarse tanto crudo como frito o guisado, tiene además un buen número de beneficios para nuestro organismo, capitaneados por el refuerzo del sistema inmune. Por lo que respecta a esta gran virtud, la cebolla ayuda a combatir los resfriados (por su poder expectorante), tan propios de las épocas de cambio de estación. La cebolla es rica en vitaminas A, C y E, y en minerales como hierro, potasio, calcio, ácido fólico y manganeso. Un truco: si la partes en varios trozos, y la colocas por la noche sobre la mesilla, es capaz de calmar la tos.

Observando esta sorprendente cebolla nadie diría que los vegetales no tienen sentimientos.
La cebolla es uno de los alimentos más saludables
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Gracias a sus propiedades antiinflamatorias y su poder antioxidante, la cebolla contribuye a mantener una correcta salud cardiovascular, al tiempo que no aporta ni grasa ni colesterol, y sí gran cantidad de fibra. Por si fuera poco, la cebolla ayuda a combatir las infecciones, y mantiene los niveles de azúcar en sangre estables gracias a la glucoquinina que contiene. No en vano, se la conoce por muchos como la 'insulina vegetal'.

Si la consumimos cruda, la cebolla resulta diurética porque contribuye a la eliminación de líquidos corporales. También es un excelente digestivo, al estimular la función del hígado, y un buen aliado para eliminar las toxinas.

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