Se nos ha ido la mano con la sal; es la primera vez que hacíamos esa receta; o no hemos contado con que alguno de los ingredientes ya estaba sobrado de sabor. El caso es que a veces metemos la pata y la sopa, puré o guiso nos queda salado. Tranquilidad. En las cocinas de España todo (casi) tiene remedio.
De entrada, que eso ocurra que sea en la encimera, o sea, que le pase al cocinero y no a los comensales. Siempre debemos probar de sal las comidas y corregir si toca y si se puede.
¿Qué hacer cuando mi comida está muy salada?
Lo primero que pensamos es en echar agua. Otros, van por la leche. Pueden valer ambas opciones. En realidad, se trata de cambiar el líquido salado por otro. Extraemos parte del líquido de nuestra sopa o guiso y añadimos esa misma cantidad de agua o leche. Pero hay otros ingredientes que te pueden ayudar a arreglar una comida salada
El pan para solucionar una comida salada
Es una solución fácil y suele servir para arreglar una comida salada. Añadimos un trozo de pan (mejor si es pan duro) cortado por la mitad, de manera que enseñe bien la miga absorbente. Dejamos que el pan cueza unos minutos con el resto de la sopa o guiso y absorberá la sal. La pega es que nos va a costar retirarlo: el pan puede disolverse en el caldo. Por eso hay que hacerlo con trozos grandes y buen pan (nada de esas raquíticas barras de pan industrial).
Rectifica la sal con una patata
Otro gran absorbente es la patata. Más lenta, pero más eficaz, no da problemas a la hora de ser retirada. El almidón de la patata será lo que absorba la sal. Pelamos una patata, la cortamos en rodajas gruesas, la añadimos a la olla con el resto de nuestra receta salada y cocinamos a fuego durante unos 10 minutos. Luego retiramos esas rodajas.
Limón o vinagre para comidas saladas
Los ingredientes ácidos funcionan con casi cualquier plato. Puedes probar con vinagre, zumo de tomate o limón. En concreto, si lo que nos ha quedado salado es una paella o un plato de arroz, agregando zumo de limón o vinagre lo vamos a corregir.
La nata o la maizena como solución
En cremas, purés y salsas la nata líquida nos va a servir. Debemos añadirla con medida, poco a poco y probando.
Por otro lado, podemos diluir una cucharadita de maizena en un poco de agua y echársela al guiso. Que sea una cucharadita, o sea, probamos con cantidades pequeñas, que si nos pasamos quedará muy espeso.
Y si no, a veces vale enjuagar
Si lo que nos han quedado salado son verduras cocidas, lo mejor es ponerlas debajo del grifo, lavarlas bien y ponerlas en agua sin sal o a cocer de nuevo en agua nueva. Este truco también nos puede valer para verduras al vapor o asadas.
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