El Real Madrid marca menos goles que antes, ya que la ausencia de Cristiano Ronaldo es letal para los guarismos goleadores del club. Eso es una realidad que algunos jugadores se empeñan en contradecir. Es el caso del capitán, Sergio Ramos.

Ramos es un defensa puro, pero siempre ha demostrado que cuando huele el gol, es capaz de marcarlo como si fuera un '9' de toda la vida. Lo demostró ante el Girona, equipo al que le hizo dos goles que sirven al Madrid para irse con un buen (pero no definitivo) 4-2 en la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey. El segundo fue especialmente típico de delantero: cabeceó un gran centro de Marcelo, que supuso el 3-2 en ese momento. Un testarazo clave en un momento del partido en el que el Girona se echó arriba.

Fue en el primer gol en el que Ramos dejó su huella. Muy pocos se atreven a tirar los penaltis a lo Panenka, y el sevillano lo ha convertido casi en un sello personal. Quizá por eso ya no sorprende tanto, como él mismo admitía después del partido. "Es un momento a nivel personal muy bueno y es una forma de xpresar mi manera de ser. Los porteros ya me esperan un poco más", señalaba al micrófono de Bein Sports.

Ramos está cuajando unos números que para sí quisieran muchos arietes puros. Lleva 9 goles (sólo uno menos que Bale y sólo cuatro menos que Benzema), de los cuales siete han sido de penalti donde no ha fallado ninguno en lo que va de campaña. Los otros dos, de cabeza. Los penaltis y los cabezazos, dos de sus especialidades: de los 103 tantos en el fútbol profesional, ha hecho 15 desde el punto de once metros y 56 (más de la mitad) con la testa.