El español Carlos Sastre cumplió "un sueño" al ganar en Alpe d'Huez y vestirse de amarillo en el Tour de Francia, pero no quiere todavía pensar en la contrarreloj del penúltimo día de carrera, en la que se jugará el podio final de París.

"No quiero pensar todavía en la contrarreloj, quiero disfrutar este día con mis compañeros. Hay tiempo de pensar en el sábado, ahora hay que recuperar y disfrutar", dijo.

"Sabía que tenía que atacar desde lejos para sacar rentas suficientes en la general. Sin el trabajo del equipo y sin la dureza de la carretera no habría podido vivir este momento. Gracias a ellos he logrado el sueño de mi vida", afirmó.

El madrileño afincado en Ávila aseguró que el equipo había planificado atacar en el Alpe d'Huez porque "hacerlo desde más lejos era demasiado arriesgado".

"Decidimos endurecer la carrera ya que tenemos un equipo muy fuerte, para que todo el mundo llegara al Alpe d'Huez con las fuerzas justas que es el momento en el que un escalador como yo puede marcar diferencias", aseguró.

Sastre dedicó el triunfo a su familia: "Es lo que más quiero en esta vida", dijo.