Quique Sánchez Flores anunció en la noche del miércoles que deja el banquillo de Shanghái Shenhua. La Superliga China se encuentra en mitad de la temporada y el equipo rozando los puestos de descenso, tras haber logrado solo tres victorias.

El club confirmó la decisión del técnico con un mensaje en el que justifica la decisión por "motivos personales": "Después de algunas consideraciones, el club decidió aceptar su renuncia", apunta un mensaje en el que se asegura que pese a la "clasificación insatisfactoria del equipo", que ocupa el puesto 14 de 16 y está a un punto del descenso, Sánchez Flores "ha brindado oportunidades de juego a un grupo de jóvenes y, como resultado, ha mejorado su capacidad, lo que beneficiará el desarrollo futuro del equipo".

Después de ser destituido por el Espanyol en mitad de la temporada pasada y de unos meses escuchando ofertas, Sánchez Flores se decidió por el Shanghái Shenhua chino, donde llegó en diciembre pasado con el objetivo de empezar a "hacer marca" en el gigante asiático, un país en el que el fútbol está en plena ebullición. Confesaba entonces que necesitaba "paciencia" y "confianza" para conocer al equipo, aunque finalmente su aventura ha durado poco más de seis meses.

Según apunta el diario local 'Shine', el técnico probablemente será reemplazado por el exentrenador del Dalian Yifang, el surcoreano Choi Kang-hee, quien salió del club después de que su principal inversor se involucrara en actividades comerciales ilegales, dejando la dirección del equipo en manos del también español Rafa Benítez.