El cambio de entrenador no fue suficiente revulsivo para un Valencia que ayer, ante su afición, se complicó su futuro en la Champions League con otra derrota contra el Rosenborg noruego, en cuyo banquillo también debutaba Trond Hensriksen y que, a la octava, logró su primera victoria en España en una competición continental.

El estreno de Koeman no supuso ninguna mejora en el juego valencianista, que sí comenzó con un tímido dominio del balón, aunque éste se fue diluyendo con los rápidos contragolpes de los noruegos y las facilidades dadas por un centro del campo incapaz de destruir el juego rival y una defensa lenta, sin capacidad de anticipación.

Sólo el retorno de Villa y sus asociaciones con Silva y Morientes en la primera parte implicaron algo de peligro. Mediada ésta, el gol de Iversen al culminar un contragolpe creaba un nuevo contexto en el que el Valencia, anímicamente deshecho, no supo desenvolverse.

El paso por el vestuario no ayudó. El Valencia perdía su vergüenza y Hildebrand, en el segundo gol, confirmaba su inseguridad mientras Mestalla lanzaba su veredicto con pitos. Si quiere pasar a octavos, el Valencia tiene que ganar al Chelsea y al Schalke y que pinchen los noruegos.

Bakero, segundo de Koeman

El Valencia anunció el compromiso de José María Bakero con el club para que el ex de la Real Sociedad sea el segundo entrenador de Ronald Koeman lo que queda de temporada y dos más. Por otro lado, la Policía Local recuperó en la vía pública diversos efectos personales –pasaportes, llaves de vehículos, entradas VIP para el partido o gafas, entre otros– sustraídos a varios directivos del Rosenborg.