Hace apenas tres meses dieron la vuelta al mundo las imágenes de la cima del Everest, cuyos accesos estaban atascados por cientos alpinistas que trataban de hacer cumbre. Una situación muy peligrosa como demuestra la muerte reciente de once montañeros.

El Gobierno de Nepal ha tomado medidas. Para la próxima temporada, todos los visitantes que deseen coronar el pico más alto del planeta (8.848 metros) deberán acreditar una experiencia mínima en alta montaña: haber escalado en el país un pico a más de 6.500 metros. Además, se les exigirá la obligación de contratar un guía local y demostrar una condición física mínima, avalada por exámenes médicos, aunque no se concreta qué requisitos hay que cumplir.

Estos cambios obligarán a las expediciones comerciales a replantearse su estrategia y disuadirá a los escaladores menos pudientes. Subir el Everest cuesta, al menos, 27.000 euros, aunque la mayoría de los expedicionarios pagan cantidades próximas a los 40.000 y hay quien acaba pagando más de 115.000.