La lluvia es uno de los principales enemigos a los que se enfrentan los pilotos de Fórmula 1 cuando la meteorología es adversa. A la consecuente pérdida de adherencia, que les obliga a montar neumáticos intermedios o de lluvia extrema, se une un problema muchas veces mayor: la falta de visibilidad.

Cualquiera que haya conducido en una carretera en un día de lluvia sabe lo que es ir detrás de otro coche que le va expulsando agua. El 'spray' que evacúan las ruedas, muchas veces, es mayor que la propia lluvia que cae, lo que obliga a aumentar la distancia de seguridad. Esto en la Fórmula 1 también ocurre, con el añadido de que aumentar la distancia con el de delante impide que haya adelantamientos.

Por eso, desde hace tiempo, se está buscando un método para que la visibilidad no sea tan reducida. Actualmente, los Fórmula 1 cuentan con un sistema de iluminación que se activa cuando hay lluvia. Es una luz roja que parpadea, colocada en la parte trasera inferior, justo delante del difusor. Estas luces no sólo sirven para ayudar al monoplaza que va detrás a ver, sino también para avisar de que la pista está muy deslizante.

En Mercedes han propuesto una solución que puede empezar a verse en un futuro próximo en el resto de monoplazas. Aprovechando los test en Montmeló que se realizan después del Gran Premio, han colocado en el coche pilotado por Lewis Hamilton unas nuevas luces led. Además de las colocadas en la parte inferior, ahora dos finos faros al final del alerón trasero parpadeantes.

El sistema recuerda al que utilizan en los prototipos del Mundial de Resistencia. En este caso, son mucho más importantes, especialmente en pruebas como las 24 horas de Le Mans en las que se rueda de noche. Además, la necesidad de adelantar coches de diferentes categorías (los LMP1 y LMP2 son notablemente más rápidos que los GTEPro y GTEAm) hace que la iluminación trasera sea un factor muy a tener en cuenta para evitar accidentes.