En la ruta a Fougeres, casi 200 kilómetros plácidos de séptima etapa sin más caídas mediáticas que la sufrida, pura anécdota, por Alberto Contador en el recorrido neutralizado (un trazado protocolario previo al kilómetro 0) y con una fuga consentida desde bien pronto que acabaría dentro de los últimos once kilómetros, victoria al sprint para el británico Mark Cavendish (Etixx-QuickStep) y retorno oficial de su compatriota Chris Froome (Sky) al liderato de la ronda gala. Por cuarta vez en esta edición, y tras Australia y el caso alemán en dos ocasiones, una misma nacionalidad logra el doblete 'victoria de etapa-primera plaza en la general'.

Un meritorio triunfo para Cavendish, quien ya es un treintañero y quien tuvo que gestionar el desorden que provocó una rotonda previa a la recta de meta. Aferrado como siempre al trabajo de sus compañeros (y eso que ya no estaba en la carrera Tony Martin, que no tomó la salida), el de la isla de Man se encontraba entre los ocho primeros ciclistas a falta de 300 metros para la línea de llegada, justo antes de que el alemán André Greipel (que lleva dos éxitos y de confianza anda sobradísimo) decidiera lanzarse a por el triunfo. Cavendish acabaría rebasando a su excompañero y exlanzador por el lado derecho para volver a sumar un éxito en la ronda gala, en la misma en la que reúne 26 desde este viernes. Eso sí, veinte en cuatro años al ritmo de 4 (2008), 6 (2009), 5 (2010 y 2011).

Más allá de los guarismos del sprint, una jornada cómoda para la lucha por la general en la que durante casi 180 kilómetros marcó el paso la temprana escapada formada por el croata Kristjian Durasek (Lampre-Merida), el español Luis Angel Maté (Cofidis), los franceses Anthony Delaplace y Brice Feillu (Bretagne-Séché Environnement) y el eritreo (reincidente por escapado el día previo y más rey de la montaña gracias a un par de cotas) Daniel Teklehaimanot (MTN-Qhubeka). Una aventura que acabó antes de los diez últimos y durante la que se supo, gran noticia para el ciclismo español, que el alavés Victor de la Parte (Vorarlberg) alcanzó el liderato del Tour de Austria tras imponerse en uno de los puertos más duros del mundo (su segundo triunfo en la prueba, además): el Kitzbüheler Horn.

Chris Froome, virtualmente más líder después de que no tomase la salida Tony Martin por una rotura de su clavícula izquierda, recuperó el jersey amarillo tres jornadas después. Y justo antes de un fin de semana sin alta montaña, pero con un par de propuestas novedosas para lo que es la tradición del Tour: este sábado un final en el Muro de Bretaña, que son dos kilómetros a casi el 7% de media que se le atragantaron a Alberto Contador en 2011; y para el domingo, tras el aval de la Unión Ciclista Internacional al gobierno en la sombra de este deporte (pues tal es el poder del Tour), una crono por equipos hasta Plumelec de perfil quebrado y fuerzas y número de miembros desiguales.