Argentina estaba eliminada del Mundial de Rusia en el minuto 86 del encuentro ante Nigeria. El equipo africano había conseguido igualar el tanto inicial de Leo Messi, y el cuadro de Sampaoli estaba con el agua al cuello, así que no le quedó más remedio que lanzar mucha gente al ataque y esperar el milagro. El protagonista del mismo fue probablemente el más inesperado: Marcos Rojo.

El zaguero del Manchester United se asomó al balcón del área, ya sin nada que perder, y aprovechó una pelota al área de Mercado para conectar una gran volea con la pierna derecha -su pie malo- que sorprendió a Francis. El 2-1 metía a la albiceleste en los octavos de final, donde se verá las caras con Francia, el próximo sábado a las 16:00 hora española.

El defensa se ha mostrado absolutamente encantado al término del encuentro: "Vale muchísimo ganar así", afirmó, en medio del éxtasis. "Lo necesitábamos. Estamos más fuertes que nunca, ha empezado la Copa para nosotros. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, sabía que iba a marcar", aseguró.

Rojo, hombre de la confianza de Jorge Sampaoli, venía siendo uno de los jugadores más criticados por la prensa local. La no presencia en los onces de Federico Fazio, que llegaba a la cita mundialista después de cuajar una buena temporada en la Roma, había sido foco de debate, que ha quedado zanjado de un plumazo gracias al ya histórico tanto del zaguero.