Once meses después de su presentación, Luis Enrique dejó este miércoles de ser seleccionador nacional de España. Una etapa breve, y más aún teniendo en cuenta que el entrenador asturiano ya abandonó los focos el 26 de marzo, debido a un problema familiar que conoció, precisamente, durante una concentración del equipo en Malta.

Luis Enrique Martínez, 49 años recién cumplidos, fue elegido por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, para dar un impulso a la Selección tras el fiasco en el Mundial de Rusia 2018, en el que Fernando Hierro ejerció de interino tras el despido de Julen Lopetegui a dos días de comenzar el campeonato.

El anuncio se produjo el 9 de julio de 2018 y su presentación, diez días más tarde. Dio su primera lista el 31 de agosto y se estrenó en Wembley, nada menos, en partido oficial de la nueva UEFA Nations League. El equipo ganó (1-2) y dejó una buena imagen, aunque fue el siguiente partido el que disparó las expectativas: 6-0 a Croacia, subcampeona del mundo unos meses antes. Llegaron entonces las sombras, con dos derrotas ante los mismos rivales (2-3 y 3-2) que impidieron el pase a semifinales, y dos victorias en amistosos ante Gales (1-4) y Bosnia (1-0).

Ya en 2019, España comenzó con buen pie la fase de clasificación para la Euro 2020 ante Noruega (2-1). Fue el último partido con Luis Enrique presente en el banquillo, ya que se ausentó horas antes del siguiente, el mencionado duelo ante Malta (victoria 0-2) en el que ya le reemplazó Robert Moreno.

Su ayudante siguió siendo el rostro visible al frente del equipo en los dos últimos partidos, ante Islas Feroe (victoria 1-4) y Suecia (victoria 3-0), con Luis Enrique trabajando a distancia. Una situación a la que, por voluntad propia, ha decidido poner fin. En total, Luis Enrique ha sido seleccionador español en diez partidos, diez oficiales y dos amistosos. Ha ganado ocho, ha perdido dos (ambos oficiales) y no ha empatado ninguno, con 28 goles a favor y diez en contra. Deja la clasificación para la Euro 2020 encarrilada, aunque no podrá estar allí.