Los dolores obligan a Lindsey Vonn a adelantar su retirada: “Mi cuerpo me está gritando que pare"

La esquiadora estadounidense Lindsey Vonn, quizá la atleta más mediática de los Juegos de Invierno, saluda en la calusura de los Juegos de Pyeongchang.
La esquiadora estadounidense Lindsey Vonn, quizá la atleta más mediática de los Juegos de Invierno, saluda en la calusura de los Juegos de Pyeongchang.
EFE
La esquiadora estadounidense Lindsey Vonn, quizá la atleta más mediática de los Juegos de Invierno, saluda en la calusura de los Juegos de Pyeongchang.

“Mi cuerpo me está gritando que pare y es hora de que yo le escuche”. Con frases así de rotundas la esquiadora Lindsey Vonn ha anunciado que adelanta su retirada. A finales de 2018 los problemas de lesiones le llevaron a reconocer esta sería su última temporada, pero confiaba en competir hasta el final para tratar de superar el récord de 86 triunfos en la Copa del Mundo de Ingemar Stenmark (Vonn suma 82).

Hace unas semanas, cuando unas molestias físicas le impidieron completar su participación en el supergigante de Cortina dAmpezzo, ya dejó entrever que podría adelantar la fecha de su ‘adiós’.

La estadounidense no podrá atacar el récord y cerrará su trayectoria profesional tras el Mundial que se disputa del 4 y el 17 de febrero en Aare, tal y como ha anunciado en un comunicado.

Vonn pondrá fin a su carrera en el supergigante y el descenso del Mundial y asegura que "las últimas dos semanas han sido algunos de los días más difíciles de mi vida. Estoy luchando con la realidad de lo que mi cuerpo me está diciendo contra lo que mi mente y mi corazón creen que soy capaz de hacer. La desafortunada realidad es que mi mente y mi cuerpo no están en la misma página. Después de muchas noches sin dormir, por fin he aceptado que no puedo continuar con las carreras de esquí”.

No lamenta quedarse a las puertas del récord de Stenmark porque puede presumir de haber hecho historia: "Retirarme no es lo que me molesta. Retirarme sin alcanzar mi objetivo es lo que se quedará conmigo para siempre. Sin embargo, puedo mirar hacia atrás con 82 victorias de la copa mundial, 20 títulos de la copa del mundo, 3 medallas olímpicas, 7 mundiales y decir que he logrado algo que ninguna otra mujer en la historia ha hecho nunca, Y eso es algo de lo que estaré orgulloso para siempre. Así que, por favor, deja que mi historia sea de regresos, victorias e incluso heridas, pero no cuentes mi historia como una de fracaso”.

Lo que de verdad le duele es el conflicto interno que siente: "Mi cuerpo está roto y no me deja tener la temporada final que soñé. Mi cuerpo me está gritando que pare y es hora de que yo le escuche. En este punto, la artritis es la menor de mis preocupaciones y espero poder seguir esquiando con mis hijos".

Confiesa que “en los últimos años he tenido más lesiones y cirugías de las que me gustaría admitir. Siempre he empujado los límites de las carreras de esquí y me ha permitido tener un éxito increíble, pero también accidentes dramáticos. Nunca he querido que la historia de mi carrera fuera sobre lesiones y por eso decidí no decirle a nadie que me operaron la primavera pasada…”.

La imagen de su brazo que publicó tras uno de sus pasos por el quirófano sirve de ejemplo para hacerse a la idea de las situaciones a las que se ha enfrentado. No obstante, todo el dolor, esfuerzo y sacrificio valieron la pena para Vonn, que dedicó a su abuelo el bronce de su último descenso olímpico, y reconoce que “en ningún momento he lamentado mis heridas, mis regresos, la terapia, la preparación e incluso el dolor, porque en mi mente siempre ha merecido la pena”.

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