La selección polaca ha sido una de las grandes decepciones del Mundial de Rusia 2018, después de caer eliminada cuando sólo se han disputado dos jornadas. Es evidente que los focos de esa decepción se sitúan sobre Robert Lewandowski, su gran estrella, que ha pasado sin pena ni gloria por la cita, a pesar de llegar a la misma siendo uno de los jugadores de más peso a nivel mundial de entre todos los participantes en el torneo.

Es justo decir que a nivel colectivo, Polonia no le ha dado prácticamente nada. En la primera jornada, ante una Senegal que estaba replegada y que concedía muy pocos espacios, la creatividad del cuadro polaco brilló por su ausencia, penalizando a su delantero centro. En esa primera fecha, el equipo africano sorprendió al contragolpe, y el atisbo de reacción del cuadro polaco llegó en el tramo final, con un tanto de Krwychowiak que sólo sirvió para recortar distancias.

Frente a Colombia, el resultado ha sido si cabe más doloroso. El contundente 3-0 conseguido por el cuadro cafetero ha mandado de vuelta a los polacos, en un partido en el que Lewandowski apenas ha tenido ocasiones claras. Es cierto que en el segundo tiempo, el delantero del Bayern de Múnich, por puro amor propio, ha generado alguna situación para que sus compañeros pudieran salir a campo rival, pero en esas situaciones también se ha visto bastante aislado.

A pesar de que el Bayern de Múnich se haya proclamado campeón de la Bundesliga, no ha sido un curso fácil para el polaco. Primero tuvo que vivir la destitución de Ancelotti, después la eliminación en las semifinales de la Liga de Campeones a manos del Real Madrid, y por último, la derrota del equipo bávaro en la final de la Copa de Alemania ante el Eintracht de Frankfurt. La situación ha llegado incluso a llevar al polaco a insinuar una salida, aunque viendo su pobre rendimiento en la Copa del Mundo, será difícil que un club pague lo que el Bayern pida por él.