Sevilla ha acogido desde el pasado día 11 el Campeonato de España de Fútbol Sala para Ciegos, modalidad B1 (ceguera total), donde el equipo de Málaga se impuso en la final por 3-1 a Madrid. Durante esos días, el afán de superación de los participantes ha dejado boquiabiertos a los allí presentes.

"El fútbol es el denominador común que tienen los chicos con la socie çdad. La decepción de perder o la alegría de ganar es la misma que puede experimentar cualquier vidente", comenta a 20 minutos el seleccionador nacional de la especialidad, el argentino Carlos Campos, quien, pese a llevar en el cargo desde 1992, reconoce que cada día se sorprende más de la ambición de estas personas por mejorar.

"El mundo del vidente no tiene la capacidad de comprender ciertas cosas. Por ejemplo, no te crees que un invidente sea capaz de hacer un huevo frito hasta que lo hace", afirma.

"Son muy técnicos"

Campos destaca por encima de todo la dificultad de juego: "Los jugadores deben decodificar primero la información que les llega (hay tres personas -portero, entrenador y guía- que les van dando indicaciones dependiendo la zona del campo donde se encuentren) y luego ejecutarla", explica el técnico.

Y añade: "Son futbolistas muy técnicos. Aquí predomina mucho la orientación y la técnica individuales, porque hay que hacer muchas cosas en poco tiempo y en un espacio reducido".

Ayudas especiales

Para la práctica del fútbol sala para ciegos en categoría B1, donde cada jugador debe usar antifaz (algunos ven sombras y sería una ventaja), se necesitan ayudas especiales como un balón sonoro, vallas laterales que evitan los fueras de banda, un portero vidente con un margen de maniobrabilidad limitado a una pequeña zona en el área de penalti y la obligatoriedad de los jugadores de decir la palabra "voy" en cada acción para evitar golpes.

"Le rompía las figuritas a mi madre"

Antonio Martín Gaitán se quedó ciego a los cuatro años por culpa de una negligencia médica. Apodado El Niño porque empezó a jugar al fútbol sala a los 12 años, este malagueño de 26 años es una de las grandes figuras de este deporte. "De pequeño le rompía sin querer las figuritas de casa a mi madre", recuerda Antonio, nombrado en 2005 por la UEFA mejor jugador de Europa y que en 2004 cumplió uno de sus sueños: conocer a su ídolo Zidane: "Era un poco tímido".

El Niño, máximo goleador del campeonato de España con siete tantos, se define como "un goleador" y destaca como su principal cualidad "el tiro a puerta". No en vano, se entrena "tres días a la semana" y luego va al gimnasio. Fuera del campo se considera "una persona normal". Antonio ha acabado Empresariales y ahora se está preparando "una oposición del Estado".