El Eibar se impuso por 2-0 al Celta de Vigo en el encuentro disputado en Ipurua correspondiente a la séptima jornada de LaLiga.

En la primera parte el conjunto armero sometió al Celta a base de juego físico y corazón. Sin apenas ocasiones claras por ambos equipos, Orellana llevó el peligro de los armeros con dos intentos de goles olímpicos que salvó Ruben Blanco.

El inicio de la segunda mitad, trajo una velocidad más de los de Mendilibar. Edu Exposito marcó un gol de clase con una vaselina dentro del área. El golpe lo acusó el Celta que perdió el orden defensivo y así llegaron dos goles: uno anulado por el VAR por mano de De Blasis en el arranque de la jugada, pero al minuto siguiente, Aidoo regaló el gol válido. Un fallo garrafal en la salida del balón, que aprovechó Inui para cederle a Orellana, que definió con mucha clase.

El resto de encuentro fue un cúmulo de nervios de la defensa viguesa, con posesiones inertes, sin profundidad y con Aspas desaparecido. El Eibar seguía presionando la salida del balón y jugando a la contra. En el descuento, uno de los pocos errores concedidos por la defensa armera, concedió un penalti que Aspas marró con un lanzamiento a lo panenka, imagen de un Celta impotente.