El FC Barcelona ha conquistado su vigésimo sexto título de Liga, el octavo en las últimas once temporadas, el decimoquinto de las últimas 30. Una hegemonía culé que sonroja —o debería— al máximo ganador histórico de la competición doméstica, el Real Madrid, que atesora 33 en sus vitrinas.

El conjunto blanco ha alcanzado la gloria liguera sólo dos veces en la última década. Una en la temporada 2011/2012, con Jose Mourinho al frente; y otra en la 2016/2017, comandados por Zidane.

Un Zidane que ha dejado claro en rueda de prensa que la Liga es el objetivo número uno de la próxima temporada. Porque se empieza en agosto, porque es la competición más difícil y porque los madridistas suman ya dos cursos perdiéndola prácticamente antes de comerse el turrón.

El técnico francés quiere reconquistar el campeonato nacional, aunque también saca pecho: "El Barça lo está haciendo muy bien, pero nosotros tenemos 33 Ligas y ellos, ¿cuántas?". Razón no le falta; aún se puede escudar el Madrid en la ventaja de 7 títulos que, claro está, no son pocos. Sin embargo, no se puede obviar que en los últimos diez años el club blanco no ha estado fino a nivel nacional pese a su incontestable —histórico e irrepetible— reinado en Europa, con cuatro Champions de cinco que casi deberían convalidar para cambiarle el nombre a la competición y, en vez de orejonas, otorgar bustos de Bernabéu.

Pero no. No se trata de torneos excluyentes, y el haber conquistado la Liga sólo seis veces en las últimas veinte temporadas (las mismas que Champions) es para hacer un ejercicio de conciencia y de una vez por todas arreglar las grietas para que no se hunda el chiringuito y se supere lo que, sin margen de duda, se puede calificar de debacle doméstica. Como si cada verano viajaras a hoteles de súper lujo en las principales ciudades de Europa pero el resto del año, en tu casa llena de humedades, con la pintura desgastada y sin poder poner la calefacción, pases las semanas comiendo patatas guisadas y arroz porque no te da para más. Todo lo destinas a tu brillante periplo continental.

Por el Madrid han pasado un total de 18 entrenadores en las últimas 20 temporadas. Tres diferentes se han sentado en el banquillo en la que está a punto de terminar. Sólo cinco han ganado la Liga. A veces por querer ganarlo todo con prisa, como por arte de magia, se pierde de vista un proyecto que, con Zidane al frente, dios sus frutos por primera vez en años —con permiso de Ancelotti— gracias a la continuidad. La exigencia de victoria de un club como el Real Madrid no debe estar reñida con la paciencia. El francés lo sabe, quiere que le dejen hacer y sabe lo que quiere ganar: el equipo necesita volver a dar un golpe sobre la mesa en casa. Para ser el mejor, también has de reinar en tu feudo.