El sorteo de semifinales de la Copa del Rey ha querido que Real Madrid y Barcelona se vean las caras en la eliminatoria en el mismo mes en el que se enfrentan en Liga. Tres Clásicos entre el 6 de febrero y el 2 de marzo.

Un 'carrusel' de enfrentamientos entre los dos equipos más laureados del fútbol español que recuerda a los años en los que la crispación entre ambos alcanzó cotas antológicas. Con Mourinho en el banquillo blanco y Guardiola, y posteriormente Tito, en el azulgrana, se vivieron los episodios más tensos entre los dos clubes.

En los tres años en los que Mourinho fue el entrenador del Real Madrid, se disputaron 17 clásicos entre Liga, Copa, Supercopa y Champions, con un balance de seis victorias para el Barça, seis empates y cinco victorias para los madridistas.

Sin embargo, más allá de lo deportivo, en aquella época de Clásicos por doquier, reinó la crispación dentro y fuera de los terrenos de juego.

Desde las disputas dialéticas en las ruedas de prensa, en las que Mourinho y Guardiola eran únicos, hasta la tángana que se saldó con el portugués metiendo el dedo en el ojo a Tito Vilanova cuando este era segundo entrenador del Barça.

"En los Clásicos con Mourinho no había rivalidad, había odio", llegó a decir hace poco Iniesta en 'Salvados' recordando los episodios que vivó en su etapa en el Barça y que incluso trascendieron a la Selección.

El ambiente de la 'Roja' se vio afectado por lo que se estaba viviendo en los enfrentamientos de sendos clubes e Iker Casillas, como capitás madridista, llamó a Xavi Hernández para tratar de reconducir la situación, algo que no gustó nada a Mourinho ni a un sector de la afición.

Tras la marcha de Mourinho  y la llegada de Ancelotti, todo se calmó y el espectáculo se centró tan sólo en el fútbol. Con los tres Clásicos de febrero y marzo y Solari y Valverde en el banquillo, no parece que la antigua tensión vaya a reaparecer.