Carolina Marín, Beatriz Corrales y Pablo Abián no están solos, pero los tres se han convertido en los referentes del bádminton español gracias a sus últimos resultados. El último, pionero, mucho más complejo de lo que pueda parecer, el oro de Marín en los Campeonatos de Europa celebrados en Kazan (Rusia). Un oro de gran enjundia porque a nivel mundial mandan los asiáticos. Muchísimos deportistas de nivel altísimo gestados allí. "Es muy complicado plantarles cara, pero les haremos frente día a día", asegura una jugadora que ha recibido muchos reconocimientos por su proyección y por sus logros y que es la undécima del ranking mundial.

"Estamos en el buen camino. Se está trabajando muchísimo día tras día", justifica la onubense. Marín, de 21 años, vive un lunes intenso de actos y visitas a redacciones... volcadas con el fútbol día tras día. Compromisos que, tal es el sino de los deportes minoritarios, no puede desaprovechar. "Este deporte se merecía un título así. Es un éxito que va por España y por todo el equipo que nos apoya", dice una joven que durante una década practicó baile flamenco. ¿Lo dejó del todo? "No tengo tiempo ni de bailar", sonríe.

Marín enumera a sus dos técnicos (Fernando Rivas y el danés Anders Thomsen), al trabajo del psicólogo deportivo Pablo del Rio, al fisioterapeuta Rocha... y a otros muchos miembros del organigrama de este deporte olímpico. "El bádminton es el deporte más rápido de raqueta", proclama una Marín sobre el manido recurso de la comparativa entre el tenis y el bádminton. Imposible. "No es lo mismo, no hay comparación".

Durante todo el día la onubense, eso sí, recurre al tenis para elogiar una figura que admira: la de Rafa Nadal. "Es mi ídolo. Me siento identificada con él porque siempre lucha hasta el final. Y yo también. Él lucha por todas las bolas. Yo, por todos los volantes". Devora libros de motivación deportiva porque le vienen bien: "Leo de todo, pero sobre todo de motivación, que me ayudan en mi vida deportiva. Y me encanta viajar".

En su muñeca izquierda aparece un tatuaje de inspiración olímpica: "Me dije a mi misma que cuando fuera a unos Juegos me haría un tatuaje. Y así lo hice. Es un tatuaje especial, que simboliza algo especial". ¿Y a sus padres les pareció bien? "¡Sí! Hasta mi madre me acompañó cuando me lo hice", aporta.