La primera de las clásicas belgas, la 'A través de Flandes', no defraudó. La victoria fue para Mathieu van der Poel, uno de los grandes favoritos, en un emocionante esprint que puso la guinda una jornada absolutamente caótica.

La organización quedó muy en entredicho desde bien temprano. La carrera tuvo que ser neutralizada después de que el pelotón masculino y el femenino coincidiese. Los jueces no lo dudaron y ordenaron a todos los corredores, hombres y mujeres, que parasen para evitar sustos. Es uno de los problemas de la disputa simultánea de varias categorías, máxime cuando se disputa en zonas con pasos a nivel que obligan a detenerse a los ciclistas.

Derivado de esa neutralización ocurrió el siguiente suceso, tanto o más surrealista que el anterior. Lukas Pöstlberger, uno de los fugados iniciales, no salió con su grupo al finalizar la neutralización. Para evitar perder más tiempo, no lo dudó: se agarró a una de las motos de prensa y el avispado reportero le metió el micrófono para que explicara lo sucedido.

Como no podía ser de otra manera, no faltaron las caídas y a falta de pocos kilómetros para la meta hubo una caída multitudinaria, con Silvan Dillier, Stijn Vandenbergh o Jasper Philipsen entre los afectados.