El FC Barcelona rechazó una oferta de Mediapro para poner su nombre al Camp Nou: 300 millones de euros por 20 años. Según publica ‘El País’, el club rechazó la propuesta del grupo audiovisual fundado por Jaume Roures porque éste se negó a retirar su denuncia contra Sandro Rosell, como exigía la junta de Josep Maria Bartomeu.

Roures demandó a Rosell por espionaje industrial en 2016 contra Rosell. El empresario denunció que su correo personal había sido intervenido entre 2008 y 2011. Según el citado diario, el Barça pidió la retirada de la denuncia por “sentido común” y “imagen de la entidad”, pues “hablar de negocios con quien tiene una querella puesta contra el club no es conveniente”.

El propio Roures confirmó esta información en el programa ‘El Partidazo de Cope’: “Tuvimos una negociación con el Barça, pero se rompió de golpe y porrazo y apreció esta exigencia que estaba fuera de lugar. Ofrecí retirarla cuando lo encarcelaron [a Rosell]. No me gusta ver a la gente en la cárcel y si había un reconocimiento de lo que había hecho yo retiraba la demanda, pero eso no tenía nada que ver con la posición del club. Era una de las patas de financiación del nuevo estadio, pero eso se rompió”, explicó.

Según fuentes del club citadas por ‘El País’, hubo otros motivos por los que el Barça no aceptó la oferta, que no alcanzaba la cifra deseada y presentaba un problema de financiación: el club deseaba un pago al contado.