La escudería Renault F1 ha encontrado la clave mágica, aerodinámica, para conseguir que el R28 permita a Fernando Alonso volver a vencer, algo que ha hecho de forma consecutiva en Singapur y Japón.

Si en la primera parte de la temporada, después de nueve carreras, Fernando Alonso era noveno del mundial con tan sólo 13 puntos, en la segunda mitad, con siete carreras disputadas sería el segundo con 35 puntos, a uno del británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes).

El milagro de la recuperación, además de otra serie de evoluciones que ha sufrido el R28 como la que recibió en el Gran Premio de España que supuso un gran paso adelante, que sin embargo no se tradujo en puntos, ha sido aerodinámica y también una mejor comprensión de la centralita electrónica, única para todos equipos, que gestiona el motor.

A partir del Gran Premio de Bélgica el dominador del campeonato ha sido Fernando Alonso, que ha sumado 30 puntos en las cuatro últimas pruebas y sacado nueve a su más inmediato seguidor en este periodo, el alemán Sebastian Vettel (Toro-Rosso), trece al polaco Robert Kubica (BMW), quince al brasileño Felipe Massa (Ferrari) y al alemán Nick Heidfeld (BMW) y uno más a Lewis Hamilton.

El ritmo de carrera de Fernando Alonso en los dos últimos Grandes Premios le han permitido lograr la victoria sin excesivos agobios, la primera en Singapur, porque tuvo suerte por primera vez en la temporada con un coche de seguridad, después de haberla tenido mala el sábado con una avería en la bomba de la gasolina, pero una vez que tomó el mando de la prueba nadie pudo con él.

Una victoria inesperada

Ni cuando salió el coche de seguridad a pocas vueltas del final y perdió cerca de una veintena de segundos su victoria se vio comprometida, cuando se liberó la carrera volvió a despegarse de sus adversarios, para volver a renovar con la victoria, cuando esta temporada parecía imposible.

En Japón el pasado domingo la cosa fue diferente, en la sesión de clasificación logró el cuarto puesto en la formación tras perder por 31 milésimas de segundo el tercer puesto frente al finlandés Heikki Kovalainen (McLaren-Mercedes).

En carrera, en la primera parte siguió sin dificultad a Kubica y cuando se amparó del mando tras la primera parada para repostar fue la única vez que exigió al motor, para conseguir una ventaja, a un ritmo de medio segundo por vuelta, que le pusiera al abrigo del algún banal incidente, para en la tercera y última parte volver a aflojar y administrar la ventaja.

Desgraciadamente las soluciones para el R28 han llegado demasiado tarde, pero han llegado, y Fernando Alonso ha podido subir a lo más alto del podio cuando todavía quedan por disputar otras dos carreras, en las que también puede brillar como son China, el próximo fin de semana, y Brasil a primeros de noviembre.

Resueltos en buena parte los problemas del R28, ahora sólo queda por resolver el enigma de su futuro, que se desvelará poco después de concluir la temporada.