En un día de muchísimas emociones, el del regreso de Rafa Nadal a la arena de Madrid, el manacorí cumplió con creces para regalarle una victoria a su público: aplastó a Darwin Blanch en dos sets (1-6 y 0-6) para citarse en la siguiente ronda del Mutua Madrid Open con Álex De Miñaur.
Olía a despedida el ambiente en la Caja Mágica antes de volver a ver al balear, recibido con una atronadora ovación en lo que apunta a ser el primer día de su adiós a la capital. Y cuando prácticamente aún se oía el eco de los aplausos, el 14 veces campeón de Roland Garros arrancó su exhibición.
Nadal no tuvo piedad con su rival pese a que el jovencísimo tenista estadounidense, de apenas 16 años, disputaba su primer partido en el circuito ATP. El primer juego, Rafa se lo apuntó el blanco. Y el siguiente, el español se lo quedó rompiendo el saque del jugador de Florida.
Esa fue la tónica de la primera manga, la única en la que Blanch, que dejó detalles de lo que puede llegar a ser con grandes saques y alguna que otra derecha ganadora, pudo ganar un juego al mallorquín. Con un 1-6, y con la pista Manolo Santana estallando de júbilo con cada puntazo de su ídolo —Nadal se gustó con bolas ajustadísimas—, el duelo llegó al segundo set.
Fue, prácticamente, un calco del primero, con la única diferencia en que el norteamericano empezó sacando en lugar de Rafa. De poco le sirvió: el campeón de 22 'grandes' volvió a quebrarle en esa primera oportunidad. Y esta vez no hubo redención alguna para el de Florida, pues Nadal puso la directa, regaló a su público un brutal ascenso a la red para apagar las esperanzas del norteamericano en el tercer juego y cerró el partido con un gran saque directo al que Blanch solo pudo responder restando fuera.
El manacorí escuchó entonces otra ovación de Madrid, que ya espera el segundo día de Rafa en la capital: este sábado ante Álex de Miñaur, su verdugo en el Conde de Godó. "El apoyo que he recibido aquí desde la primera vez, es difícil de comparar con cualquier otro lugar. Solo puedo decir: gracias, nos vemos en dos días", concluyó Rafa antes de abandonar la pista con las gradas rendidas a sus pies.
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