Rafa Nadal vuelve con todo en contra: dudas sobre su físico, sin ránking y contra durísimos rivales en Indian Wells

Rafa Nadal entrena en la pista central del torneo de Indian Wells.
Rafa Nadal entrena en la pista central del torneo de Indian Wells.
Instagram @rafaelnadal
Rafa Nadal entrena en la pista central del torneo de Indian Wells.

Rafael Nadal regresa este miércoles a la competición en el primer Masters 1.000 del año, Indian Wells, con el único objetivo de, ahora sí, volver a sentirse tenista y reengancharse a la temporada 2024 tras su reaparición a medias en Brisbane. Eso sí, lo hará de la manera más extrema posible: contra su físico, contra los rivales más duros del circuito y con la obligación de ganar para evitar un infierno constante en los próximos sorteos.

Milos Raonic espera a Nadal en la primera ronda del torneo californiano, es un rival de altura, sí, pero mucho más asequible de lo que vendría tras una hipotética victoria sobre el canadiense. Esta es la consecuencia directa de entrar en el cuadro final del torneo con el ránking protegido (sistema que le permite entrar en los torneos a pesar de su baja clasificación, N.º652), pues le evita el paso por la ronda clasificatoria, pero no le salva de disputar un partido más que los cabezas de serie ni de la posibilidad de encontrarse con los rivales más duros del circuito, como Holger Rune, quien le espera en segunda ronda.

Este escenario parece el peor posible para Nadal, necesitado de todo menos de esta 'terapia de choque'. Por un lado, las horas en pistas se tornan fundamentales para completar un rodaje idóneo; por el otro, acumular la mayoría de puntos en el menor tiempo posible es su única vía de escape de este círculo vicioso que le podría llevar a medirse a los 'cocos' en las primeras rondas.

Con todo, eso solo es el 50% del reto que Nadal  afronta ahora, pues la otra mitad corresponde a la batalla contra sí mismo. Su físico es su peor oponente y, junto a las duras condiciones meteorológicas del desierto californiano y su rival, peleará contra la voluntad del incansable ganador en cada punto.

Cabe recordar que Nadal tardó casi un año en volver a la competición tras la lesión en el psoas iliaco sufrida en el Open de Australia y que, en Brisbane, fue una rotura muscular la que le volvió a frenar hasta la disputa de la exhibición ante Alcaraz en Las Vegas. 

Tras un 'show' que se quedó en eso, en un mero 'show', Nadal se enfrenta al verdadero examen en Indian Wells. De lo que allí suceda dependerán muchas de sus decisiones de este curso, desde la planificación de la gira de tierra hasta la fecha de su retirada, pasando por sus opciones de disputar los Juegos Olímpicos en París.

Ya no tiene nada que demostrar, cierto, pero es difícil imaginar a Nadal afrontando un reto contra todo y contra todos sin creer en sus opciones de ganar...  Ahora solo queda ver hasta dónde es capaz de llegar el único hombre capaz de ilusionar a un país entero cuando las opciones son, al menos sobre el papel, más que complicadas en la que, ahora sí, podría ser su despedida oficial de la pista dura.

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