El estadio de San Mamés vivió momentos de mucha tensión este lunes, cuando la indisposición de un aficionado en la grada obligó al colegiado a detener el Athletic Club - Girona durante cinco minutos marcados por el sepulcral silencio del estadio y el rezo de Iñaki Wiliams, antes de que pudiera reanudarse, afortunadamente, con el aficionado recuperado.

Ocurrió en el minuto 77, cuando las señales realizadas desde la grada por un corro de aficionados llamaron la atención de los protagonistas. El colegiado no dudó, detuvo el juego, y con el sonido de su silbato se hizo el silencio en San Mamés, por donde rondaba el fantasma de la muerte del aficionado en la grada durante la visita del combinado vasco a Granada.

Los médicos de ambos combinados y la seguridad del estadio corrieron a atender al afectado, mientras los jugadores, impotentes, mostraban mucha preocupación en sus rostros.

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Entre ellos, la realización se fijó en Iñaki Williams, al que se pudo ver rezando por la vida del seguidor afectado. "Es un susto, no es la primera vez que pasa, nos ocurrió en Granada y fue una lástima que el afectado falleciese. Hoy creo que ha quedado en un susto, pero al final los doctores y la seguridad han intentado ayudar lo más rápido posible, todo ha salido bien y esperamos que el aficionado esté lo mejor posible", dijo en la rueda de prensa posterior.

Afortunadamente, quedó en eso, en solo un susto, pues cinco minutos después de que el partido fuera detenido, el colegiado señaló la reanudación a la vez que la grada ovacionó a los servicios médicos con el estruendo de un gran aplauso.