Nadal sucumbe ante Thompson en un partido marcado por sus molestias físicas

Rafa Nadal durante el partido de cuartos de Brisbane ante Jordan Thompson.
Rafa Nadal durante el partido de cuartos de Brisbane ante Jordan Thompson.
EFE
Rafa Nadal durante el partido de cuartos de Brisbane ante Jordan Thompson.

El regreso de Rafa Nadal a las pistas bien podría entenderse como un videojuego: cada partido significa ascender a un nivel más difícil que el anterior. Y con eso se encontró el balear en los cuartos de Brisbane, donde sucumbió ante un sublime Jordan Thompson (7-5, 6(6)-(8)7 y 6-2) en un duelo de más de tres horas.

Que esta vez no iba a ser pan comido para el español llevarse la victoria, lo supo toda la Pat Raft Arena desde el principio. Lo dejaba más que claro la actitud del aussie sobre la pista, con un juego agresivo, muy intenso y directo que no encontró premio en el primer juego, pero sí en el cuarto servicio del ganador de 22 Grand Slams.

Thompson se ganó a pulso —forzando el deuce con buenos golpes— una bola de break, y no desaprovechó la oportunidad: movió a Rafa de un lado a otro y le obligó a fallar. Pero no afectó al de Manacor, que le devolvió la rotura en el siguiente juego. Con máxima igualdad —Nadal, fuerte en su drive y su revés; Thompson, asombrando con su resto— se llegó al 6-5. Era el turno del de Sídney, pero Nadal demostró que también sabe sumar desde el resto y se llevó el primer set.

Vista la 'fiesta' —de más de una hora— de la primera manga, la segunda parecía destinada a durar una eternidad. Y así fue: el partido llegó al tie-break. Ahí el español tuvo la oportunidad de sumar su tercera victoria en Brisbane, pero no materializó ninguna de las tres bolas de partido de las que dispuso —llegó a ponerse 3-0 al principio, luego 5-3 con saque, y al final con un 6-4— y Thompson se animó para darle la vuelta al marcador y forzar el tercer set.

A esa tercera batalla ya llegó Rafa visiblemente cansado. Es lo que tiene haber pasado 349 días sin competir y llegar a unos cuartos de final con poco menos de tres horas de ritmo en las piernas. Y mientras, Jordan se sentía pletórico sobre la pista: llegaba a todo, y todo le salía ante un Nadal con cada vez menos suerte.

En esas cedió el balear su servicio, con Thompson confirmando la rotura con un juego en blanco. Entonces saltaron todas las alarmas: Nadal se sentaba en el banquillo, tocándose la zona de la cadera, y pedía tiempo médico mientras llegaba el fisio. Junto a él se retiró a los vestuarios para ser atendido, aunque cumplidos los minutos reglamentarios volvió a la pista para terminar el partido.

El australiano consumó la victoria, aún más especial si cabe ante su gente, y jugará las semifinales del ATP 250 de Brisbane ante Grigor Dimitrov. Y Nadal se marchó con una sonora ovación de la Pat Raft Arena, con muchas horas de competición acumuladas y con la mente en el gran objetivo: el Open de Australia.

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Nadal - Thompson, en directo: última hora y resultado de los cuartos de final de Brisbane
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