El Barça resucita gracias a la actuación estelar de Vesely y tumba al Real Madrid

  • Laprovittola y el pívot checo volvieron loca a la defensa de un conjunto blanco desdibujado en el Palau.
Jan Vesely, estrella absoluta de la victoria del Barça ante el Real Madrid.
Jan Vesely, estrella absoluta de la victoria del Barça ante el Real Madrid.
EFE
Jan Vesely, estrella absoluta de la victoria del Barça ante el Real Madrid.

El Barça resurgió de sus cenizas en el mejor momento posible, cuando más lo necesitaba y frente al adversario idóneo, el eterno rival, derrotando al Real Madrid en Euroliga (83-78) en un partido de muchísima intensidad en el que fueron de menos a más y acabaron gustándose ante su público.

El pívot checo Jan Vesely (27 puntos) cuajó su mejor actuación como azulgrana desde su llegada a la ciudad condal y se erigió como el faro que guió la remontada culé. Estuvo asistido, eso sí, por el base argentino Nicolás Laprovittola (14 puntos, 8 asistencias), prominente desde la línea de tres y en la creación de juego, junto a quien mareó a un equipo casi invencible que apenas había perdido dos partidos en todo el año.

El partido comenzó con un intercambio de golpes traducido en triples de Musa (19 puntos), inspiradísimo todo el encuentro pero insuficiente para sacar a flote a la postre al Real Madrid, y de Laprovittola, capital para mantener al Barça en sus peores momentos. Sin embargo, fueron los blancos los que lograron ir metiendo algo de ventaja poco a poco respecto a los locales, para desgracia de un Palau entregado a la causa y muy ruidoso para animar y protestar. 

El Barça necesitaba el aliento de su público para salir a flote después de siete derrotas en diez partidos, y lo dieron todo. Aun así, los de Chus Mateo abrieron una ventaja de ocho puntos que fueron administrando durante el primer y el segundo cuarto, oxigenados gracias a un acierto notable desde el perímetro y a la batuta del Chacho, más presente en la sala de máquinas madridista que el ‘Facu’ Campazzo, flojo ayer en Barna. 

El Barça, no obstante, se mostró obstinado y no bajó los brazos, agarrado a los arreones de anotación de Vesely y Kalinic (13 puntos) para seguir con vida, algo muy meritorio frente al mejor equipo de Europa. Así, al filo del descanso, un error infantil de Hezonja (16 puntos) por confiarse propició la aparición de Darío Brizuela con un triple sobre la bocina que puso un exiguo 45-47 para la segunda parte y encendió la moral blaugrana. Fue su único destello del partido, pero suficiente para cambiar las tornas de forma silenciosa.

El choque fue de altos vuelos y mucha intensidad de cabo a rabo. Para muestra, la poca cantidad de tiros libres lanzados. Ambos equipos querían anotar, golpear y defender a toda velocidad. Fue el conjunto culé, sin embargo, el que regresó al partido con las ideas más claras. Rocosos en defensa, lograron reducir el caudal ofensivo madridista hasta dejarles sin anotar durante más de seis minutos en el tercer cuarto, adelantándose incluso en el marcador después de todo el partido por detrás. 

Sólo la salida del Chacho para poner orden permitió al Madrid respirar hasta llegar por encima por dos puntos al último cuarto, pero fue un espejismo. Ni Tavares, ni Campazzo, ni Llull ni el propio Sergio Rodríguez estuvieron a la altura, y su intermitencia acabó por desenchufar al resto del equipo.

Cuando más quemaba la bola, en los últimos diez minutos en pleno momento de la verdad, el Barça aprovechó la confusión merengue tras un encontronazo entre Laprovittola y el base canario para desangrar al eterno rival. Había anotado el argentino con sencillez, y Rodríguez le soltó el codo sin llegar a impactar. Hubo antideportiva para el Chacho, pero quedó anulada con la técnica a Lapro por las protestas.

No importó, porque ese lance terminó de sacar del partido al Real Madrid. En apenas cuatro minutos, los que estuvo el Madrid de nuevo sin lograr una canasta, los culés aumentaron su ventaja a los 12 puntos, 74-62, de la mano de un Vesely estelar que acarició su máxima anotación histórica (32 puntos con el Fenerbahçe). Así, poco a poco, minaron la confianza blanca y desmoralizaron al conjunto merengue.

A partir de ahí, el Real Madrid fue a remolque mientras el Barça empleaba su propia técnica de la primera mitad. Estaban jugando a hacer la goma con el colchón que habían ganado. Cada intento de remontada lo sofocó Laprovittola, omnipresente, hasta dejar al Madrid sin tiempo para reaccionar, bailando en la horquilla de los 5-7 puntos de ventaja para desesperación de los madridistas. 

Al final, victoria balsámica para los azulgrana, imprescindible para revitalizar a un vestuario tocado (algunos como Willy Hernangómez siguen sin encontrar su mejor versión) y para devolver de sopetón la confianza a un equipo que parecía defenestrado y a un entrenador, Roger Grimau, que respira aliviado pero sabe que aún queda trabajo por hacer.

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Barça - Real Madrid, en directo: resultado y última hora del clásico de Euroliga en el Palau
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