Rafa Nadal regresó este domingo a la competición junto a Marc López con derrota en su estreno en el cuadro de dobles por 6-4/6-4 ante la dupla australiana formada por Max Purcell y Jordan Thompson. Los españoles acusaron su falta de rodaje, aunque Nadal demostró llegar en plena forma a un torneo que le ha deparado el cruce individual ante Dominic Thiem en la primera ronda del cuadro individual.
No tuvo mucha historia el primer duelo de Rafa Nadal en Brisbane tras un año fuera de las pistas. La pareja australiana llegaba con rodaje, muy lejos de la realidad que viven Rafa, tras un año parado por las lesiones, y su entrenador Marc, retirado desde hace años del circuito profesional. Aun así, el manacorí mostró los brotes verdes de su preparación, los que deberá lucir ante Thiem en su primer partido individual del año.
El duelo empezó con un Rafa muy serio al saque y sólido en la derecha, aunque algo desacertado en la volea. Pese a ello, el primer break de los locales llegó en el segundo turno de saque de Rafa, justo antes del segundo descanso del partido (2-3) logrando una ventaja que ya sería irrecuperable.
Max Purcell y Jordan Thompson, favorecidos por los buenos primeros servicios de Max, cerraron la primera manga en apenas 34 minutos de juego.
Algo más complicada sería la segunda, pues Nadal y López empezaron a afinar hasta encontrar incluso sus opciones. Hasta en dos ocasiones lograron llevar a sus oponentes hasta el 30-30 desde el resto, pero no aprovecharon para romper el saque como sí harían Purcell y Thompson con el 3-4.
La buena inercia de los australianos fue suficiente para apear al ganador de 22 grandes del cuadro de dobles, una derrota que Nadal encajó con amplia sonrisa, exultante por poder volver a empuñar la raqueta en un gran escenario junto a su mejor amigo.
Eso sí, se acabó el paseo, pues Rafa tiene una cita en la primera ronda del cuadro individual (martes, no antes de las 2.00 horas en España) con Dominic Thiem en la que por vez primera se verá al manacorí en una prueba de fuego real. Será ahí cuando podamos medir las sensaciones reales de un hombre que ha vuelto a las pistas pensando en los grandes títulos de la gira de tierra.
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