Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), siempre ha sido uno de los detractores más activos de la Superliga, y por eso advirtió este miércoles a todos los equipos italianos de que se quedarán fuera de la Serie A y el resto de competiciones oficiales en caso de unirse a la Superliga, que espera el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) este próximo jueves.
"Esperaremos y evaluaremos los perímetros de la decisión. Fuimos la única federación que adoptó una postura muy clara. Estamos totalmente en contra, hay una norma federal por la que quien se une a ese mundo abandona el sistema federal de fútbol", zanjó Gravina.
"No podemos impedir la adhesión, pero la elección, si se produce, debe ser muy clara. Es impensable disputar dos o tres campeonatos dentro de una serie de organizaciones diferentes. Ya estamos luchando internamente por las fechas disponibles para el campeonato, pueden imaginarse lo que ocurriría si añadiéramos otro campeonato. Tengo que salvaguardar la marca del fútbol italiano y hay que saber a qué nos enfrentamos", concluyó Gravina.
Este jueves, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) establecerá si la posición de la UEFA y la FIFA respecto a la creación de la Superliga de fútbol es contraria a las normas europeas de competencia. En concreto, aclarará si la FIFA y la UEFA incurrieron en abuso de posición dominante al bloquear con la amenaza de sanciones la creación de este torneo alternativo, y si están ejerciendo un monopolio sobre la industria del fútbol.
Una decisión del TJUE que podría abrir la puerta a la creación de un torneo, sostenido en estos momentos por Real Madrid y Barcelona, que en Italia no contemplan como compatible con el resto de competiciones. Sin embargo, la Superliga vendría a sustituir a la Champions, con un formato abierto y de libre acceso que no impediría el normal desarrollo del resto de Ligas nacionales.
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