Todas las miradas se han centrado en la familia Wolff en las últimas 72 horas, desde que la FIA anunció una investigación sobre Susie Wolff, directora general de la F1 Academy, y Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes, por un presunto conflicto de intereses. Solo dos días duraron las indagaciones del máximo organismo del automovilismo, que archivó este jueves la investigación, pero sus sospechas han sido suficientes para hacer estallar a la expiloto.
"Cuando vi la declaración emitida por la FIA ayer por la noche, mi primera reacción fue: '¿qué es esto?", ha arrancado la mujer su comunicado, publicado en sus redes sociales. "Durante dos días, se han hecho insinuaciones sobre mi integridad en público y a través de sesiones informativas, pero nadie de la FIA me ha hablado directamente", critica.
Wolff ha considerado que es posible que ella misma "haya sido un daño colateral en un ataque infructuoso contra otra persona", o bien "el blanco de un intento fallido de desacreditarme personalmente", pero recuerda que "he trabajado demasiado como para que mi reputación se ponga en entredicho por un comunicado de prensa infundado".
Después de recordar que "hemos avanzado mucho como deporte" y de agradecer el apoyo unánime de todos los equipos de Fórmula 1, que emitieron un comunicado para negar haber presentado queja alguna sobre los Wolff a la FIA, Susie ha señalado que "este episodio se ha desarrollado hasta ahora sin transparencia ni responsabilidad".
"He recibido acoso en internet sobre mi trabajo y mi familia", ha lamentado, dejando claro que "no me dejaré intimidar" y que trabajará "hasta descubrir quién ha instigado esta campaña y engañado a los medios de comunicación".
La directora general de la F1 Academy ha concluido su comunicado con un mensaje claro: "Como deporte, debemos exigir y merecemos algo mejor".
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