La guerra que se avecina entre Madrid y Barcelona: mucho más allá de la Fórmula 1

Fernando Alonso rueda en Montmeló.
Fernando Alonso rueda en Montmeló.
Eric Alonso
Fernando Alonso rueda en Montmeló.

El Gran Premio de Madrid de Fórmula 1 está paso a paso cada vez más cerca de ser una realidad. Aunque el anuncio no sea oficial, Liberty Media y e Ifema Madrid están muy próximos a un acuerdo para trasladar el 'Gran Circo' de Barcelona a la capital española a partir de 2026, más de 40 años después de su último paso por el Jarama.

Gran noticia sin duda para los amantes del automovilismo residentes en Madrid y zonas aledañas que podría parecer baladí, ya que existen muchos precedentes de países con carreras en distintos circuitos a lo largo de su historia sin mayor drama por ello. Sin embargo, este caso es especial porque existen muchos intereses enfrentados involucrados que pueden dar lugar a una 'guerra' Madrid - Barcelona.

Unos intereses que van mucho más allá de lo deportivo, incluso de lo económico, llegando al ámbito político. No se trata sólo del mero hecho de organizar un evento tan prestigioso como un Gran Premio de F1, se trata de todo lo que arrastra y atrae consigo y del simbolismo que tiene perder uno de los acontecimientos deportivos del año en Cataluña en favor de la capital de España con todo lo que ello conlleva.

Conflicto deportivo, económico y político.

Para empezar, existe un conflicto evidente entre el Circuit de Catalunya y la propia competición porque Montmeló tiene firmadas y negociadas sus apariciones en el calendario del 'Gran Circo' hasta 2026, justo el año que Madrid quiere echar a andar su Gran Premio. De hecho, se encuentran renovando ese vínculo y confían en ampliarlo, por lo que sólo habría dos soluciones. La más probable, ir alternando apariciones; la más lejana, que haya dos circuitos españoles en un mismo Mundial de F1.

Lo que tienen claro en el Circuit es que no deben perder contacto con el 'Gran Circo' o permitir que pasen muchos años sin acoger una carrera. Durante un fin de semana completo, Cataluña tiene sobre sí las miradas de medio mundo. Es una cuestión identitaria. Exhiben sus banderas, símbolos e himno junto a los españoles, gozan del factor tradición a su favor (desde 1991), y están convencidos de que el proyecto madrileño apenas durará unos años.

Un proyecto que, por otro lado, sigue ofreciendo algunas dudas. El trazado ha de ser homologado por la FOM y la FIA, para empezar, y la zona escogida para construirlo y los primeros diseños filtrados no han convencido. Otro circuito urbano, además, no sería demasiado bien acogido entre los fans más fieles del producto y menos siguiendo la tónica de los últimos ejemplos como Miami o Las Vegas.

El de Madrid será un evento VIP Premium —otro más— y estará impulsado enteramente por inversores privados. Un movimiento lógico teniendo en cuenta el canon que podría exigir la F1, en torno a los 60 millones de euros por temporada, y el coste de levantar el circuito, cercano a los 100 millones. En cambio, en Barcelona la inversión seguirá siendo aportada por el gobierno de la Generalitat en su mayoría, que conllevaría un canon de 50 ó 60 millones anuales por muchas más temporadas, y no quieren entrar en subastas desproporcionadas.

Por todo ello, sabiendo que el impacto económico esperado en Madrid rondaría los 500 millones de euros anuales más allá del caché, la publicidad y el prestigio que otorga acoger un Gran Premio de la máxima categoría del automovilismo, el debate Madrid - Barcelona ha pasado a ser una cuestión política, y de calado nacional. 

Madrid: Ilusión, expectación... y suspicacias.

Desde la Comunidad de Madrid, como era de esperar, casi todo son elogios al proyecto e ilusión por el mismo. Así lo demuestran las palabras de su presidenta, Isabel Díaz-Ayuso: "Hemos negociado y hablado durante un tiempo. El rol de la comunidad se centrará en proporcionar el paraguas administrativo y dar facilidades, así como reforzar la oferta cultural, hotelera y de servicios públicos. Todo ello ha hecho que la organización ponga los ojos en Madrid.

En esa misma línea, su consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, profundizó en la importancia que puede tener para la ciudad y la Comunidad: "Un evento tan importante desde el punto de vista cultural y deportivo tendría un valor incalculable en cuanto a desarrollo económico, desarrollo de la región y de todo su potencial cultural y deportivo".

Coinciden, como era de esperar, con la apreciación del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que eso sí evitó considerar la 'rivalidad' con Montmeló: "Tengo confianza porque nuestra candidatura es la mejor. Hemos trabajado con enorme ilusión y de manera muy profesional para cumplir los requisitos exigidos por la F1".

En el seno de la comunidad madrileña, eso sí, también existen voces discordantes y ciertas reticencias, aunque la ilusión es compartida. La portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, aseguró que vigilarán "con exigencia y desconfianza" el proyecto, recordando el fracaso del PP con la carrera de Valencia en la que "se llenaron sus bolsillos y los de sus amigos"; y el PSOE con su portavoz Reyes Maroto exigió al consistorio que "esté a la altura", que "aproveche la oportunidad" y que "cumpla con los requisitos" de Liberty Media.

Barcelona: Confianza, tranquilidad... e inquietud.

Por su parte, desde la Generalitat se transmiten varias sensaciones. El Govern no tiene dudas, como dejó en claro su portavoz Patricia Plaja: "Haremos lo posible para alargar esta relación. No tenemos conocimiento de que haya voluntad de cambio. Lo que sí es una realidad es lo firmado y acordado, que la F1, como mínimo hasta 2026, no se mueve de aquí, de Cataluña".

"No competimos con nadie", subrayó Plaja, que aseguró que mantienen una colaboración estrecha, un contacto permanente y una comunicación fluida con los organizadores. Por eso mismo, el Govern seguirá trabajando para que el Gran Premio de F1 se quede en Cataluña y para que los próximos eventos de la competición en 2024, 2025 y 2026 sean "maravillosos y fantásticos".

"El contrato está vigente hasta 2026, y tenemos muchas ganas de que se lleven a cabo los siguientes grandes premios que están cerrados. La voluntad del Govern es la de seguir llegando a acuerdos y poderlo alargar. Además, estaría bien que otros territorios, Madrid por ejemplo, tuvieran proyectos propios y no se fijaran sólo en lo que hacemos aquí", sentenció Plaja, lanzando un dardo envenenado a las autoridades madrileñas.

Una posición del Govern que comparte el PSC, y el PP con algún matiz. Alicia Romero, portavoz socialista, apoyó a sus socios afirmando que el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación de Barcelona "pondrán más recursos para retener este gran proyecto"; mientras Lorena Roldán, portavoz de los populares, achacó el posible traslado del Gran Premio a la "situación de inestabilidad política y de inseguridad jurídica constante" que percibe en Cataluña y reclamó medidas para evitarlo.

Situación compleja la de este asunto en Cataluña, especialmente porque allí sí que existen formaciones políticas totalmente opuestas a la Fórmula 1 mucho antes de que Madrid soñase siquiera con plantearse acoger un Gran Premio. Es el caso de la CUP, que lejos de preocuparse por el traslado de la carrera a Madrid, solicitó por medio del diputado Xavier Pellicer la comparecencia del conseller de Empresa y Trabajo de la Generalitat, Roger Torrent, para que "de explicaciones" sobre "la escandalosa inversión" del Govern en Fórmula 1.

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