El Sevilla salva el empate en el derbi entre cánticos de "directiva dimisión"

Sevilla - Betis
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EFE
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El Sevilla FC salvó, gracias a un golazo de Ivan Rakitić, un empate en un derbi ante un Betis superior espoleado por Isco y Ayoze, autor del gol verdiblanco. Los de Manuel Pellegrini impusieron su fútbol en el feudo rival, pero no lograron llevar la superioridad al marcador, donde las tablas no fueron suficientes para una grada del Sánchez-Pizjuán que acompañó el pitido final con gritos de "directiva dimisión".

El conjunto visitante arrancó con todo desde el minuto uno espoleado por su jugador en mejor estado de forma, Isco Alarcón. Y es que a los 40 segundos el malagueño, solo en el área, dispuso de un cabezazo que remató flojo y mal para que lo parara sin ningún problema Marko Dmitrovic.

El Betis comenzó mandón, volvió a avisar a los tres minutos con un tiro de Guido Rodríguez que despejó el meta serbio y se mostró superior ante un Sevilla dormido, que pareció no tener un plan de juego muy definido y al que no le salió nada en el primer tiempo, siempre superado por un cuadro verdiblanco más vertical y con las ideas mucho más claras.

Al cuarto de hora, Bellerín marcó en un tiro que rozó en el serbio Gudelj, aunque el equipo de Diego Alonso respiró al ser anulado por un fuera de juego previo de Guido. El Betis generó más peligro que un Sevilla aturdido, que sufrió atrás y no presionó arriba, ni dominó ni conectó con En-Nesyri. Solo se salvó en un primer tiempo muy mediocre Ocampos, por ganas y ambición, pero muy solo en sus intentos de despertar a los suyos.

Los béticos, muy sólidos en el medio campo con Guido Rodríguez y Marc Roca, y con un gran Isco al timón a pesar de que Willian José apenas apareció, tuvieron más ocasiones y pudieron adelantarse a los 34 minutos en un doble remate de Miranda, quien entrando desde la izquierda se topó con Dmitrovic y luego mandó alto el rechace.

Diez minutos después la tuvo Isco en un tiro dentro del área que salvó, providencial, Pedrosa, lo que dio paso al descanso con muchas mejores sensaciones en el bando verdiblanco ante un Sevilla aletargado, impotente y muy inferior.

En la reanudación, los sevillistas salieron revitalizados, con Soumaré más entonado en el puesto de mediocentro, Rakitic más activo en los terrenos de creación y de nuevo con el energético Ocampos como punta de lanza, y aunque sus llegadas fueron previsibles, pareció hacerse por primera vez con el control del choque ante un Betis más pausado, como esperando su oportunidad.

Esta llegó al filo de la hora de juego en una buena acción de Ayoze Pérez, quien, perfecto, controló el balón, recortó a Badé en la frontal y estrelló su disparo en el exterior del poste izquierdo. No fue la única, pues cinco minutos más tarde, en el 62, el canario se revolvió en el área y su tiro lo despejó con los puños un seguro Dmitrovic.

Antes habían replicado los de Nervión con un tiro que Pedrosa envió fuera, en uno de los pocos remates con los que los sevillistas intentaron probar al joven meta Vieites, muy tranquilo y solvente en todo el derbi, sin pesarle la responsabilidad. En el ecuador de esta mitad, En-Nesyri también cabeceó un centro del dinámico Pedrosa, pero no halló portería.

Quien sí acertó, tras dos buenos intentos anteriores, fue Ayoze, que hizo el 0-1 a los 72 minutos, su cuarto gol en Liga, al interceptar un mal despeje de puños de Dmitrovic a centro de Isco para rematar a bote pronto al fondo de la red. Pero el Sevilla se repuso pronto y, solo siete minutos después, Rakitic batió a Vieites con un impresionante y ajustado derechazo.

El 1-1 abrió aún más el duelo, con alguna opción de los verdiblancos como en un centro-chut de Guido y también por parte de los blancos, como en un tiro con rosca habitual en Suso, quien había relevado antes a Ocampos, que desvió en el 83 el portero bético desde muy lejos de Gudelj. Los de Pellegrini apretaron en la recta final, pero el marcador ya no se movió en un derbi que quizás el Betis dejó escapar.

Eso sí, el empate no fue suficiente para los aficionados locales, descontentos con el juego de un equipo hundido en LaLiga e incapaz de hincarle el diente a la victoria desde la cesión de Mendilibar. "Directiva dimisión" se escuchó tras el pitido final en un claro señalamiento al palco presidencial.

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