La batalla entre Checo Pérez y Fernando Alonso en el circuito de Interlagos fue el gran momento de una temporada de Fórmula 1 descafeinada por el dominio asoluto de Max Verstappen. En el GP de Brasil nadie podía apartar la vista de los coches inmersos en la lucha por la tercera plaza, incluso el propio Verstappen, quien confesó estar muy cerca de perder el control de su coche por tratar de seguir el duelo a través de las pantallas.
Los pilotos del 'Gran Circo' llegaron a Brasil ya sin tensión competitiva. Max Verstappen se colocó pronto como el gran dominador otro fin de semana más y, con el título en la mano, la carrera se presentaba como un mero pasatiempo dominical... pero entonces apareció Fernando Alonso.
El español vio todo de cara para hacer una gran carrera tras el abandono de Leclerc y el mal rendimiento de los Mercedes, y acaparó todas las miradas de un final de carrera ya decidido con Verstappen a años luz de Norris, el segundo clasificado.
La pelea entre el español y el mexicano por el tercer escalón del podio fue el gran atractivo, y Versatppen, sin rival, trató de seguir también la lucha mirando las pantallas colocadas a los lados de la pista mientras mantenía su aplastante velocidad de crucero.
Casi me salgo en la curva cuatro
Tanto era su interés en la contienda de su compañero que cerca estuvo de tirar la carrera por tierra con un error en la última vuelta, tal y como confesó al bajarse del coche. "En las últimas dos o tres vueltas ya los estaba viendo. De hecho, casi me voy largo en la curva cuatro en la última vuelta por mirarlo en la pantalla", confesaba el tricampeón del mundo, que no quería perderse detalle de lo que sucedía.
Finalmente, el neerlandés no se permitió el fallo y volvió a subir a lo más alto del podio en Sudamérica, sumando así su 17ª victoria del curso antes de viajar a Las Vegas.
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