El Villamarín se rinde a la magia de Isco

Isco celebra el gol de la victoria en un Villamarín rendido a sus pies.
Isco celebra el gol de la victoria en un Villamarín rendido a sus pies.
Joaquin Corchero
Isco celebra el gol de la victoria en un Villamarín rendido a sus pies.

El Real Betis le dio la oportunidad, le dio un hogar cuando nadie creía en él tras abandonar el Sevilla y, ya saben el refrán... el enemigo de tu enemigo es tu amigo. Isco Alarcón aterrizó en el Benito Villamarín con muchas ganas de aprovechar su gran oportunidad de volver a lo más alto y silenciar a los más críticos, y vaya si lo ha hecho.

Este domingo ante Osasuna volvió a ser el héroe, el estandarte del conjunto de las trece barras, el factor clave de una de esas victorias que permanecen para la eternidad grabadas en la retina de todo un estadio. Su asistencia y su gol, un trallazo en el descuento que descolgó las gradas del feudo verdiblanco, fueron la confirmación de que, ahora sí, la magia de Isco ha vuelto.

El conjunto de Jagoba Arrasate, que llegaba con buenas estadísticas como visitante este curso -tres triunfos y dos derrotas-, quiso ser protagonista desde el inicio con rápidas combinaciones con las que encontrar centros laterales y las opciones de remate de Ante Budimir.

La intenciones de los rojillos no dieron para crear demasiado peligro ante el meta Claudio Bravo, pero sí para que los verdiblancos no estuvieran tampoco fluidos para encontrar a Isco Alarcón y que este diera fluidez al ataque de los suyos, por lo que tuvo que ser el centrocampista Marc Roca el que lo intentara desde lejos.

Sí estuvo más entonado el conjunto local en el tramo final de la primera parte, en el que metió una marcha más de velocidad y ello obligó a estar atento el portero Sergio Herrera, quien no pudo hacer nada ante el preciso remate en el primer palo de Willian José tras un centro de Isco en la última jugada antes del descanso.

El 1-0 hizo reaccionar a Arrasate en el vestuario y desde el inicio de la segunda parte ingresaron al campo Johan Mojica y el jugador formado en la cantera bética Raúl García de Haro, con los que Osasuna adelantó líneas, aunque eso también dio espacios al Betis para salir hacia el área visitante.

Lucas Torró lo intento desde lejos cerca de cumplirse el primer cuarto de hora de la reanudación, pero a la formación pamplonesa le costó llevar la iniciativa ante un rival que controló mejor con el resultado a favor y que soñó con aumentar su ventaja con un penalti señalado a Assane Diao, pero después el VAR lo dejó sin efecto.

En esa jugada, el colegiado pitó una falta de David García y le mostró, además, la segunda tarjeta amarilla, aunque, tras acercarse a la pantalla, cambió su decisión y anuló el penalti y la amonestación.

Fue el último sobresalto antes de la tregua que precedió al clímax. Los cambios revolucionaron el juego de un conjunto navarro repuesto del susto, y tras el intento de Torró en un córner y el posible penalti por mano de Riad no pitado, llegó el tanto de Rubén García. El centrocampista recogió el pase largo por la banda derecha, se plantó en el área y batió a Bravo con un buen disparo a la zona alta de la red.

El empate parecía suficiente para detener la contienda antes de su final en tablas, pero entonces apareció Isco. El malagueño, dueño y señor del juego, no se dio por vencido, recogió el rechace de un mal tiro de Abde rebotado en la zaga rojilla y sin importarle el poco hueco libre de su posición escorada fusiló a Herrera. La pelota entró sin modales, sin saludar, tocando la cara interna del larguero antes de la explosión de un estadio rendido a los pies de Francisco Alarcón.

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