El pasado mes de junio, Conor McGregor fue acusado de agredir sexualmente a una mujer durante las finales de la NBA entre los Denver Nuggets y los Miami Heat en el Kaseya Center de Miami. La acusada alegó que, presuntamente, el luchador irlandés la había besado de forma agresiva y había intentado forzarla en los cuartos de baño. Tras varios meses de investigaciones, la fiscalía ha decidido archivar el caso por falta de pruebas contra la estrella de UFC.

Cuando la acusación de agresión sexual se hizo pública, salieron a la luz los vídeos de las cámaras de seguridad en los que se veía a McGregor y a la demandante entrar en el aseo durante unos cinco minutos la noche en la que se produjo la supuesta agresión. También se vieron imágenes de ellos en un club nocturno esa misma noche. Varios días más tarde, el departamento de Policía de Miami anunció que estaba investigando las acusaciones.

"El dinero lo cambia todo", Dana White explica el cambio de McGregor dentro del octágono

El pasado martes TMZ Sports informó que la investigación había concluido y que la fiscalía desestimaba los cargos por agresión contra el irlandés. Según el informe, no hay evidencia suficiente y las declaraciones de los testigos son “contradictorias y/o no corroborantes" para demostrar —más allá de toda duda razonable— que el irlandés agredió sexualmente a la mujer.

La vuelta al octágono se despeja

Hace apenas dos semanas, el mediático luchador de MMA publicaba en sus redes sociales que había iniciado los trámites para volver a pelear en UFC. Dana White, presidente de la UFC, confirmó la noticia y explicó que era cuestión de días para que McGregor reiniciara los controles con la USADA (la Agencia Antidopaje de Estados Unidos).

Una vez reincorporado, será preciso esperar seis meses para que McGregor pueda combatir. Así, se espera que su regreso se produzca en UFC 300 en el mes de abril contra Michael Chandler, actual número cinco del peso ligero en UFC y ex campeón de Bellator.