Tensión, miedo e incertidumbre: las horas más duras del Bélgica-Suecia tras el atentado terrorista de Bruselas

Los aficionados vivieron unas horas de máxima tensión durante el Bélgica-Suecia.
Los aficionados vivieron unas horas de máxima tensión durante el Bélgica-Suecia.
ALEXANDER HASSENSTEINGETTY IMAGES
Los aficionados vivieron unas horas de máxima tensión durante el Bélgica-Suecia.

El terrorismo convirtió el Bélgica-Suecia de clasificación para la Eurocopa en una auténtica pesadilla para los aficionados que acudieron a apoyar a sus selecciones al Estadio Rey Balduino de Bruselas. 

El terror comenzó en torno a las 19.00 horas, cuando un ciudadano abrió fuego indiscriminadamente con un fusil tipo Kalashnikov al grito de "¡Alahu akbar!" cerca de la plaza Sainctelette de Bruselas y dejó dos víctimas mortales de nacionalidad sueca y varios heridos.

Menos de dos horas después daba comienzo el partido entre Bélgica y Suecia, sin nada en juego tras la clasificación matemática de los 'Diablos Rojos' y la eliminación de los visitantes. Ante la trágica noticia, el encuentro comenzó, pero al término de la primera parte ambos conjuntos acordaron no volver al terreno de juego, a petición de Suecia.

"Cuando me enteré de la noticia, hablé primero con mis compañeros y luego con los jugadores belgas. Inmediatamente hubo una gran solidaridad en el vestuario belga. Emocionalmente era imposible seguir jugando. Esto es terrible. La idea de que te maten por la calle con una camiseta sueca... Desafortunadamente, en todas partes de la sociedad se ven personas con armas. Me gustaría expresar mi más sentido pésame a las víctimas en nombre de los jugadores", explicó posteriormente Víctor Lindelof, jugador de Suecia.

La tensión ya era palpable en el ambiente. En las gradas solo se podían ver rostros de tristeza, desesperación y miedo, condicionados a su vez por el conocimiento de que el terrorista aún andaba suelto por las calles de Bruselas y la vida de los ciudadanos continuaba en peligro.

Mientras cerca de 35.000 personas esperaban a ser evacuados del estadio, ambas aficiones se unieron para apoyarse en esos duros momentos. "Tous ensemble", que en español significa "todos juntos", era el grito que más se escuchaba, acompañado del encendido de las luces de los teléfonos móviles.

El miedo no solo estaba entre la afición. Fredrik Ljungberg, leyenda sueca que se encontraba narrando el partido a pie de campo, afirmó: "Me quedo aquí temblando y no sé muy bien qué decir. No puedo imaginar que los jugadores estén en condiciones de salir a jugar la segunda parte".

Tras esos momentos de tensión, después de hora y media de espera, los aficionados atrapados en el estadio pudieron salir. Fueron evacuados pasada la medianoche y de manera ordenada. A los suecos se les pidió que se quitaran todo tipo de bufandas y banderas y que cubriesen sus camisetas para esquivar cualquier peligro, y fueron acompañados directamente al aeropuerto poniendo así distancia a esta pesadilla.

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