Una de las máximas que se vienen cumpliendo a rajatabla en el mundo del fútbol desde tiempos inmemoriales, o al menos en España, es el hermetismo del estamento arbitral. Nunca explican sus decisiones, tampoco parecen capaces de unificar criterios para interpretar jugadas parecidas, y por supuesto jamás se ven en la tesitura de tener que disculparse por perjudicar a uno u otro equipo.

Son profesionales pero también son humanos, por lo que pueden fallar como lo hacen futbolistas o entrenadores, faltaría más. Lo que es más raro es que reconozcan sus errores o se disculpen por ellos, bien por ese afán de autoprotección frente a una crítica popular que suele ser implacable con ellos, bien por considerar que su autoridad y su criterio son indiscutibles. Y/, así, su credibilidad puede quedar en entredicho cuando se destapan tramas como las del caso Negreira, que ha puesto en jaque al arbitraje español.

Sin embargo, en la jornada de este fin de semana en la Premier League, los colegiados ingleses han sentado un precedente que debería extenderse al resto de Europa. No dejan de ser jueces, magistrados de lo deportivo, y como tal deben luchar porque la justicia prevalezca. Por eso, cuando la injusticia la cometen ellos, deben justificarla ellos, explicarla ellos, y pedir perdón ellos.

Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez, listas para declarar ante el juez por el caso Rubiales

Eso es lo que han hecho, pedir perdón, los colegiados ingleses al unísono este domingo. El PGMOL, organismo responsable del arbitraje en la Premier, ha reconocido haber cometido durante la jornada del sábado un "error humano significativo" al anular el colegiado un gol al delantero colombiano Luis Díaz. Un tanto que debió subir al marcador cuando aún marchaban 0-0 Tottenham y Liverpool en Londres, en White Hart Lane, en un encuentro que se llevó el conjunto local por 2-1.

En el minuto 34, ese gol de Díaz fue anulado en una rápida revisión de VAR en la que no se mostró la línea del fuera de juego. Los árbitros, en el campo, habían señalado el fuera de juego. El VAR, desde sus pantallas, había repasado la posición de Luis Díaz y comprobado que no era fuera de juego. Sin embargo, hubo un severo problema de comunicación entre el césped y el VAR, cuya confirmación de la validez del gol fue confundida con la confirmación del fuera de juego.

Una situación surrealista por la que la PGMOL admitió poco después del encuentro que había ocurrido un "error humano significativo" en esa séptima jornada de Premier: "El gol de Luis Diaz fue anulado por fuera de juego por los árbitros de campo. Fue un claro error y el gol debió ser concedido con la intervención del VAR. Sin embargo, el VAR no pudo intervenir".

El Liverpool, que sufrió además las expulsiones de Curtis Jones y Diego Jota, encajó a renglón seguido del gol anulado el 1-0 de los 'Spurs' y terminó perdiendo el encuentro por un gol en propia puerta de Matip en el 96', una dolorosa derrota que además impidió a los de Klopp salir líderes de Londres.