Bellingham lidera al Madrid para imponer la ley del más fuerte en Girona

Los jugadores del Madrid celebran el gol de Joselu en Girona.
Los jugadores del Madrid celebran el gol de Joselu en Girona.
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Los jugadores del Madrid celebran el gol de Joselu en Girona.

El Real Madrid se llevó la victoria este sábado de Girona (0-3) en un auténtico partidazo de ambos conjuntos, en el que los locales merecieron bastante más después de un arranque fulgurante, pero se vieron sobrepasados por la pegada y la jerarquía de su oponente. Y así, el conjunto blanco asaltó el liderato en solitario de LaLiga y puso fin a la racha invicta del equipo revelación europeo, en un campo donde históricamente viene sufriendo además.

El espectáculo estaba garantizado de inicio, y así fue. Además, lo puso el conjunto local y desde el minuto uno, reproduciendo fielmente sus mejores virtudes, las que le han valido para despertar sorpresa y admiración en España y Europa. En apenas dos ocasiones, en menos de cinco minutos de juego, el Girona hizo enloquecer Montilivi con dos ocasiones consecutivas: un cabezazo de Yangel Herrera que se marchó alto, y otro remate de Tsygankov que se estrelló en el palo.

El Real Madrid salió a jugar con la típica caraja inicial tan característica de los blancos, para enfado de Carlo Ancelotti. En su derrota en el derbi madrileño hace una semana, el ‘Cholo’ Simeone expuso públicamente las vergüenzas de la defensa madridista, especialmente en los centros laterales. Y eso fue lo que intentó el Girona de Míchel, más que capacitado con asistentes como Miguel Gutiérrez o Yan Couto en ambos carriles.

La suerte y la puntería no estuvieron de su lado, aunque todo lo demás lo hicieron perfecto. Presión adelantada, salida de balón jugado exquisita y veloz desde atrás gracias a la línea de tres centrales, con los mencionados carrileros bien abiertos, intensidad inagotable en la marca, descaro en ataque… Los merengues eran incapaces de reaccionar, no pasaban de su campo, apenas podían respirar.

Y, sin embargo, el equipo que se adelantó fue el Real Madrid. Jude Bellingham volvió a demostrar un partido más que ha nacido para triunfar y que está tocado por la varita, y Joselu se encargó de imponer la ley del más fuerte, la ley del equipo grande. Si algo tiene el conjunto blanco pese a decirse que le falta un auténtico goleador es pegada, y el canterano aprovechó para reivindicar la oportunidad que se le ha dado a sus 33 años.

Su remate no fue limpio, Gazzanigga pudo hacer algo más, pero poco importó. El desmarque, que era la parte complicada, fue de élite. La asistencia con el exterior a lo Modric de Bellingham, otra delicatessen. Golpe durísimo a la moral y la intensidad del Girona, que quedó KO. Y el Real Madrid sacó partido y lanzó otro gancho directo al mentón, cortesía de Aurelien Tchouaméni. El saque de esquina de Toni Kroos fue clínico, y el remate del pivote francés imparable ángulo, Cierto es, no obstante, que entró muy solo al área pequeña después de deshacerse de la marca de Daley Blind, retratado en ambos goles.

A partir de ahí, el Madrid controló y adormeció el partido hasta el descanso. En la reanudación, el Girona retomó el ímpetu del comienzo del partido, pero le faltó convicción para inquietar de verdad a Kepa. Los visitantes, con el liderato casi asegurado, solo esperaron su momento para golpear y sentenciar, y tuvieron un par de ocasiones antes de hacerlo.

A falta de 20 minutos, un contragolpe de libre lo remató Joselu, pero Gazzanigga le negó el gol. El rechace cayó llovido y entre unos y otros, el que enganchó una volea picada fue otra vez Bellingham, que no quería irse sin su gol. Ya son 7 en 8 partidos. Lo celebró como siempre, aunque menos incluso que Carlo Ancelotti en la banda. Y así, además, Vini pudo tener un más que merecido descanso después de ser titular a los 36 días de lesionarse.

Con el meritorio Girona vaciado y derrotado, el Madrid anestesió lo poco que quedaba de partido, y puso fin a la racha invicta de siete partidos de un equipo que puede seguir estando orgulloso de lo que está logrando. El título es una ambición que puede parecer tras una jornada como la de hoy inalcanzable, pero el sueño europeo sigue siendo muy real. Mientras, el nuevo líder de LaLiga regresará a la capital satisfecho y con ganas de más.

El único lunar en el encuentro lo puso Nacho en el descuento, con una entrada durísima sobre Portu, que se marchó lesionado en camilla. Primero vio la amarilla el central, pero el VAR rectificó al árbitro para expulsar al capitán del Real Madrid. Y, de repente, se montó una tangana en la que Stuani intentó lanzarse a por el central, y su compañero en la zaga, Rudiger, le detuvo a empujones. Así acabó el choque, con Montilivi enfurecido y con una acción violenta que dará que hablar.

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