Las MMA son una de las disciplinas más duras del deporte, pues una derrota no sólo conlleva un revés emocional y psicológico, también puede suponer una auténtica paliza física. Es el caso de la luchadora norteamericana Michelle Waterson-Gomez, que el pasado fin de semana tuvo una de los combates más complicados de su carrera y sufrió una estrepitosa derrota ante Marina Rodríguez en UFC Vegas 79.

Desde el comienzo Rodríguez fue muy superior a Waterson-Gomez, que recibió multitud de golpes en el rostro: se contabilizaron hasta 90 puños, rodillas y codazos. Varios cortes aparatosos ensangrentaron su cara y dificultaron aun más su situación empeorando su visibilidad.

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Pese a la adversidad, Waterson-Gomez no se rindió en ningún momento. Muchos pensaron que tanto castigo era innecesario y que el árbitro debió haber detenido antes el combate. Lo hizo cuando el segundo asalto se encaminaba a su final.

Tras la pelea se vio a una Waterson-Gomez muy tocada física y emocionalmente. En las siguientes imágenes vemos cómo es consolada por su amigo y ex luchador de MMA, Rashad Evans:

La ‘Karate Hottie’ acumula cuatro derrotas consecutivas y no gana desde septiembre de 2022. A sus 37 años, algunos han sugerido que podría ser el final de su carrera deportiva. Por el momento, la luchadora ha publicado una imagen para sus seguidores de Instagram en la que aparece sonriente tras la derrota. La fotografía va acompañada del siguiente mensaje: "Cada adversidad, cada fallo y cada dolor de cabeza contiene la semilla de un beneficio equivalente o mayor. Napoleon Hill". 

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Waterson-Gomez es una de las peleadoras más queridas de la UFC. En enero cumplirá 38 y lleva compitiendo 16 años.