Marina Rodríguez y Michelle Waterson-Gomez se enfrentaron el pasado fin de semana en uno de los combates del cartel principal de UFC Vegas 79. Rodríguez pasó por encima de Waterson-Gomez y consiguió una brutal victoria con un TKO en el segundo asalto. La pelea de peso paja femenino fue una de las peleas más sangrientas de la noche.

Marina Rodríguez fue superior en todo momento y dio un recital de stricking. Conectó un gran número de golpes, codazos y rodillas durante la pelea que produjeron varios cortes y hemorragias en el rostro de su rival.

Waterson-Gomez, que se vio sin recursos ante Rodríguez, sólo pudo aguantar hasta el 2:19 del segundo asalto. Sin embargo, muchos se preguntaron por qué el árbitro no detuvo antes la pelea o incluso por qué la esquina de Waterson-Gomez no lanzó el pañuelo blanco en señal de rendición.

Con esta victoria, Rodríguez consigue superar su mala racha tras las derrotas frente a Amanda Lemos y Virna Jandiroba. La peleadora se coloca ya octava en el ranking de peso paja. La luchadora de origen brasileño tiene un récord de 17-3-2 y ha obtenido ya seis triunfos por nocaut. Tras la pelea, Rodríguez se reivindicó y retó a Tatiana Suárez, actual número tres de la división. “Creo que merezco la oportunidad de demostrar mi valía”, afirmó.

El desconsuelo de Waterson-Gomez

Tras la pelea se pudo ver a una desconsolada Waterson-Gomez, que buscó apoyo en Rashad Evans, expeleador estadounidense de artes marciales mixtas y amigo de la luchadora.

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Con esta derrota, Waterson-Gomez acumula ya cuatro combates sin ganar y lleva desde septiembre de 2020 sin conseguir una victoria, cuando la de Colorado Springs obtuvo su último triunfo frente a Karolina Kowalkiewicz. Con 37 años, el futuro de Waterson-Gomez se plantea incierto y algunos sugieren que debería retirarse.