Red Bull acaricia el Olimpo de los Constructores de Fórmula 1 con su sexto entorchado en Japón

  • Sólo Ferrari, McLaren, Williams, Mercedes y Lotus tienen más campeonatos que la escudería austríaca.
Christian Horner, exultante en el podio de Suzuka.
Christian Horner, exultante en el podio de Suzuka.
CLIVE MASON
Christian Horner, exultante en el podio de Suzuka.

El Gran Premio de Japón de Fórmula 1 se ha convertido este domingo en el epicentro de una fiesta colosal, y no es para menos, porque Red Bull se ha vuelto a consagrar campeón del Mundial de Constructores. Se trata de su sexto trofeo como escudería, el segundo consecutivo tras el obtenido en 2022, pero supone mucho más que un simple número para los pupilos de Christian Horner y Adrian Newey.

Este éxito supone la consagración de una escudería que el próximo año cumplirá veinte en el 'Gran Circo'. Fundada en 2004, nunca aspiró realmente a obtener el reconocimiento y la trayectoria que atesora, y menos dados su convulsos orígenes. El equipo como tal nació bajo el nombre Stewart Grand Prix en 1997, creado por el mítico Jackie Stewart, y corrió junto a Ford justo hasta 2004 pasando por denominaciones como la célebre Jaguar Racing.

Con la salida de Ford justo ese año, Red Bull puso el foco en un equipo desangelado. La marca de bebidas energéticas llevaba años patrocinando a otras escuderías, fundamentalmente a Sauber, pero decidió dar otro paso más allá y comprar Jaguar para crear de cero su propio equipo con su visión particular. Y mal no les fue, porque mejoraron con creces en su primer año los resultados de sus predecesores.

Nombres importantes como David Coulthard dieron su mejor versión para ayudar a arrancar el incipiente proyecto ganador, y en 2006 irrumpió Adrian Newey, que ya sabía lo que era fabricar un coche campeón del mundo. Su ambición era tal, que en 2005 también compraron Minardi para crear Toro Rosso, la actual Alpha Tauri, donde se desfogaría Sebastian Vettel antes de cambiar la historia de Red Bull para siempre.

Así, apenas cuatro años después de su nacimiento, Red Bull ya luchaba por cosas grandes. Y en 2010 llegó el primer campeonato. En 2011, el segundo. En 2012, el tercero. Y en 2013, el cuarto. Había nacido una nueva dinastía, cuyos cimientos arraigaron en torno a la derrota de Ferrari. Habían ganado, pero además sometiendo a la mejor escudería de todos los tiempos, y probablemente a uno de los mejores pilotos de siempre, Fernando Alonso.

Desde entonces, y hasta 2022, hubo una sequía tan insoportable como lógica, porque establecer un dominio así en tan poco tiempo y lograr que fuese duradero era prácticamente imposible. Aún así, trabajaron en silencio, aguantaron el aplastante dominio de Mercedes, y de repente se vieron en 2021 con otro piloto campeón del mundo, Max Verstappen, aunque sin premio en la tabla de constructores.

Como parece que no saben ganar de forma aislada, en 2022 volvieron a saborear las mieles de la victoria, y ahora en 2023 han vuelto a la senda de los triunfos consecutivos. Seis mundiales que simbolizan el esfuerzo titánico y la decidida apuesta de una marca como Red Bull por un deporte espectáculo que se vive al límite, como todos los deportes de riesgo en los que suelen involucrarse. Son el ejemplo a seguir, por ejemplo, para Aston Martin, de cómo alcanzar la gloria en unos años trabajando de sol a sol.

Aun así, le queda camino por recorrer a Red Bull para ser considerada una escudería histórica de verdad. Ese es su verdadero reto. Pese a llevar desde 2007 sin probar el oro, Ferrari domina con puño de hierro al resto de sus oponentes. 16 títulos de constructores presume el 'Cavallino Rampante', a años luz de los 9 de Williams, que además quedó estancada en 1997. McLaren y Mercedes, otrora un sólo equipo, cuentan cada uno con 8 trofeos, representando fielmente el pasado y el futuro de la Fórmula 1. Y, para acabar, Lotus sigue superando a Red Bull por un Mundial, aunque en su caso el estar extinto le impide mantenerse en la puja.

De todos modos, si la cosa sigue así y hasta el cambio de reglamento de 2026, es más que probable que Red Bull siga añadiendo muescas a la culata. La próxima será la de Verstappen, el heredero genial de Vettel que está llamado a superarle con creces, y que en Qatar ganará el séptimo título de pilotos bajo el ala de la marca de bebidas energéticas. Solo parecen capaces de construir dinastías... ¿Alguien podrá pararles en su camino hacia la gloria?

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