Max Verstappen está protagonizando la mejor temporada individual de la historia de la Fórmula 1. Con su victoria en el Gran Premio de Japón, no sólo volvió a poner las cosas en su sitio después de la carrera en Singapur, donde mostró todas sus debilidades junto a Red Bull, sino que igualó con 13 el máximo número de victorias en un mismo año, que ahora comparte con Michael Schumacher y Sebastian Vettel.

Sin embargo, la carrera en Suzuka ofreció muchos más hitos que los del bicampeón del mundo, que será tricampeón en Qatar. Sin ir más lejos, y a pesar del abandono de 'Checo' Pérez, Red Bull conquistó matemáticamente su sexto Mundial de Constructores, probablemente además el más merecido dada su superioridad dentro y fuera de la pista. Pero, además, McLaren logró meter a sus dos coches en el podio, con Lando Norris segundo y Oscar Piastri tercero, estrenándose como 'rookie' entre los tres primeros.

Todos ellos, salvo Verstappen, se vieron involucrados en distintas batallas a lo largo de una carrera que, pese a lo predecible de la victoria, ofreció emociones fuertes de inicio a fin. Sin ir más lejos, la salida fue un completo caos en el que un samurái español, Fernando Alonso, volvió a realizar una de esas galopadas de las que sólo él es capaz. Finalizó octavo, ganando dos puestos, pero partiendo de la décima plaza se colocó sexto en apenas tres curvas. Sencillamente magistral, realizando otro de sus milagros y sacando del AMR23 un extra que no existía.

Se benefició, claro está, de los múltiples choques que hubo en ese primer giro. 'Checo' Pérez salió enrabietado, sabiéndose más veloz que los coches que tenía por delante, y no midió antes de empujar fuera de pista a Lewis Hamilton. Por desgracia para él, su rival de Mercedes no sufrió daños en el monoplaza, pero su RB19 sí. Y así tuvo que parar en la primera vuelta, como Esteban Ocon y los dos Alfa Romeo de Valtteri Bottas y Guanyu Zhou, perdiendo muchas opciones de puntuar.

Salió el Safety Car para dar opción a los comisarios a limpiar la pista, mientras los primeros efectivos abandonaban la carrera, como fue el caso de Logan Sargeant y Alex Albon en una mañana aciaga para Williams. Alonso mantuvo a raya a los dos Mercedes, que iban peleándose entre ellos, pero tuvo que parar muy pronto tras arrancar con neumáticos blandos usados. Le sirvió para meterle un 'undercut' incluso a los Ferrari después de haber podido presionar en la relanzada a Carlos Sainz, pero con ruedas más viejas y taponado por Ocon fue perdiendo fuelle y posiciones conforme los demás fueron parando.

Cuando se marchó el coche de seguridad, Pérez se mostró demasiado ansioso por recuperar posiciones, y colisionó con Kevin Magnussen en la horquilla para volver a sufrir daños que acabaron siendo terminales y forzando su abandono. Junto a él, Bottas y Lance Stroll, que también imitó la increíble salida de Fernando para ponerse undécimo saliendo decimoséptimo, pero padeció un problema mecánico que le forzó a retirarse. En el caso del mexicano, lo curioso fue que volvió a salir a pista tras retirarse para cumplir una sanción de cinco segundos, y estuvo trasteando el coche una vez abandonó.

A partir de la vuelta 20, la carrera se encasilló. El único que intentó algo distinto fue George Russell, que fue a una parada en vez de a dos como el resto, y casi le sale bien. Aguantó con piedras por ruedas hasta las cinco últimas vueltas, pero Charles Leclerc, su compañero Hamilton y Sainz dieron buena cuenta de él. Si el Aston Martin de Alonso hubiese tenido ese plus de velocidad, también le habría sobrepasado, pero ya estaba demasiado lejos, condicionado por esa primera parada tan temprana.

Salvo la emocionante defensa de Russell contra sus perseguidores, el final de carrera fue tan histórico como aburrido. El reinado de Verstappen está a escasos días de confirmarse y seguramente lo hará con récord absoluto de victorias, mientras Alonso ve como Hamilton se le empieza a escapar en la tercera plaza, y cómo McLaren amenaza también el cuarto puesto de Aston Martin. Sayonara, Suzuka; próxima parada, Losail.