Las victorias saben mejor si llegan con una remontada, si se consiguen con sufrimiento, y más aún, si te hacen irte a dormir líder. Que se lo digan a un Barça que ha sufrido a un buen Celta (3-2), pero que ha sabido sobreponerse para remontar dos goles en contra en apenas seis minutos para sumar tres puntos y ponerse primero a la espera de lo que haga el Real Madrid este domingo en el derbi.

Cinco abajo y los delanteros sumándose al centro del campo para defender. Con esta declaración de intenciones empezó el Celta el partido mientras el Barça buscaba una grieta en el muro, tocando de un lado a otro para mover a su rival. No hubo manera de que la encontrasen, ni de que los futbolistas olívicos cometiesen un error. Y a medida que pasaban los minutos, el equipo de Xavi Hernández se desesperaba.

Solo un centro con 'rosquita' de Joao Félix para Ferran Torres, que entraba como un tiro al segundo palo, levantó de sus asientos a los culés en Montjuic. Pero quedó en nada porque el delantero valenciano tenía una pareja de baile que no le permitió si quiera oler ese balón. Después lo intentó Lewandowski, que dejó su sitio como referencia arriba para abrir hueco... pero cuando intentó ponérsela al espacio a Gündogan, el alemán no le entendió.

Ante un Barça sin ideas, apagado por el esquema de Benítez, empezó a animarse el Celta. Avisó primero con un disparo de Iago Aspas desde el costado derecho que obligó a Ter Stegen a emplearse a fondo para repelerlo, y liquidó en la segunda. Esta vez fue Larsen, que recibió al borde del área y solo tuvo que adentrarse para batir al guardameta blaugrana con un disparo cruzado por abajo. Nadie le salió al paso porque Koundé había dejado su lugar para intentar robarle el balón a De la Torre, que lo peleó con uñas y dientes y lo ganó para el noruego.

El conjunto catalán intentó reaccionar, pero lo único que se le ocurrió fue un disparo alto de Joao Félix, que se empachó de gol. Encima, otro jarro de agua fría: De Jong tuvo que ser sustituido —Gavi salió en su lugar— por problemas físicos. Mientras, el Celta aprovechó para seguir amenazando en los minutos finales del primer tiempo con una doble ocasión en la que Ter Stegen tuvo que vestirse de santo para salvar al Barça.

Con el mismo guion arrancó la segunda mitad pese a los cambios de Xavi —Lamine Yamal y Ronald Araujo por Oriol Romeu y Marcos Alonso—. El equipo gallego seguía amenazando, aunque sin terminar de acertar de cara a portería, y el FC Barcelona seguía sin carburar. Tenía chispa —Ferran pudo empatar tras una pérdida del Celta—, pero le faltaba la gasolina para incendiar el resultado.

No hubo fuego en Montjuic hasta los últimos 10 minutos. Tuvo que hacer el segundo el equipo de Benítez —en una contra coral del Celta que remató Douvikas— para que despertase el Barça. Solo habían pasado 180 segundos desde que el conjunto olívico había puesto tierra de por medio cuando Joao Félix y Lewandowski conectaron. El portugués le picó un balón al polaco para que el '9' se sacase de la chistera un remate acrobático para batir a Villar de vaselina. 1-2 y nueve minutos por delante.

El tanto asustó al Celta, que se echó atrás para aguantar el resultado. Craso error, porque el Barça olió sangre y echó sal en la herida: Raphinha vio esa grieta que tanto había buscado su equipo en la primera parte, puso el balón para Cancelo y el lateral portugués la metió rasa en el área para que Lewandowski la empujase. 2-2 y cinco minutos por jugar.

Solo necesitó cuatro el conjunto blaugrana para culminar la remontada: Cancelo remató en carrera un centro de Gavi al área. 3-2 y final cruel para un Celta que mereció mucho más. Pudo empatar Mingueza, pero esta vez no se cumplió la ley del ex. El FC Barcelona ganó con épica para meter presión al líder antes del derbi y dormir en lo más alto de la tabla.