Finalmente, y aunque no quería dar su brazo a torcer, Jordan Henderson ya es jugador de Al-Ettifaq, el club saudí que ha impuesto su talonario para hacerse con este refuerzo.

El fichaje, más allá de la lógica económica que se viene imponiendo durante este mercado veraniego, ha causado un profundo malestar en el colectivo LGTBI, que siempre ha tenido en Henderson a uno de sus referentes por la constante defensa de sus derechos que siempre ha hecho el ya excapitán del Liverpool. Su mudanza a un país que niega estos derechos no ha sentado nada bien.

El asunto no ha quedado ahí, pues el enfado ha mutado en indignación cuando el equipo saudí ha publicado en redes un vídeo sobre la llegada de su nueva estrella. Y en ese vídeo, cuidadosamente editado, sobresale un detalle más que significativo: la parte del brazalete de Henderson, arcoíris en multitud de ocasiones, sale en blanco y negro. No parece ni mucho menos casualidad.

Como era de esperar, el asunto no ha tardado en llegar a las redes sociales, donde las críticas al club y también al jugador se han sucedido sin freno.