Escapar de la muerte y saltar al vacío: la escalada en 'free solo' con la que Steph Davis pasó a la historia en la torre Castleton

Steph Davis escalando en free solo la Torre Castleton en Utah.
Steph Davis escalando en free solo la Torre Castleton en Utah.
Steph Davis
Steph Davis escalando en free solo la Torre Castleton en Utah.

En mayo de 2008 la escaladora estadounidense Steph Davis se dirigía a la Torre Castleton — desierto de Utah (Estados Unidos)— con la intención de escalar sin cuerdas y sin protección, es decir, en solo integral (free solo), la cara norte de esta espectacular torre arenisca roja de 120 metros y concluir con un salto BASE desde su cima. Una apuesta muy difícil y arriesgada.

La Torre Castleton fue escalada por primera vez el 16 de septiembre de 1961 por los estadounidenses Layton Kor y Huntley Ingalls, en la ruta que abrieron en la cara sur de la aguja. Tuvieron mucha suerte porque Ingells fue alcanzado por un rayo en medio de una tormenta en la ruta, pero por suerte salió ileso. La vía Kor-Ingells ya es clásica y cientos de escaladores la han ascendido desde entonces, la mayoría con cuerda y con protección. Asimismo, hay al menos otras 14 vías de escalada en la torre, pero antes de 2008 nadie consiguió subirla en free solo por la cara norte, que es el lado más exigente. Ni mucho menos combinando la ascensión en solo integral con un salto BASE para descender.

Davis ya era una de los mejores escaladores del mundo (incluyendo a hombres y mujeres) antes de esta apuesta en la Torre Castleton. Empezó a escalar siendo estudiante y se hizo escaladora profesional a principios de los años 90, antes de cumplir los 20 años. Terminó la universidad escribiendo su tesis sobre algunos aspectos concretos de la historia del alpinismo, que fue extraño para sus profesores por entonces, pero al final aceptaron su tema. Su escalador favorito fue precisamente Layton Kor. Filóloga y excelente pianista quien había adquirido sus conocimientos con la metodología Suzuki, Davis fue una alumna muy disciplinada y metódica. Esta actitud metódica, organizada y seria la aplicó también para la escalada y el alpinismo. Gran defensora del purismo en las actividades de montaña, se dio cuenta de que no podría vivir sin dedicarse por completo a su gran pasión, que era trepar en las gigantescas rocas y laderas de las montañas más exigentes del mundo, por lo que quiso desarrollar su carrera lejos de oficinas y despachos. ”Sólo quería ser libre en todos los sentidos de la palabra. Quería ocuparme de mis propios asuntos y escalar rocas. Comer algo de sopa en la parte trasera de mi furgoneta por las noches con mi perro, y despertarme cuando el sol saliera de nuevo”, escribió Davis.

Davis pronto se convirtió en una gran referente de la escalada dentro y fuera de los Estados Unidos. Siempre prevalecía en ella el trabajo duro en todos sus proyectos que además requerían un nivel de compromiso máximo. Consiguió primeras ascensiones en las montañas más exigentes y en las gigantescas paredes y acantilados del los lugares más remotos mundo. Aparte de Yosemite, dejó su sello personal en Patagonia, Kirguistán, el Karakorum de Pakistán y la Isla de Baffin también.

En el estilo más limpio, obedeciendo a los cánones de la pureza de la escalada, también empezó a hacer salto BASE y vuelos en traje de alas, llegando a combinar esta modalidades con sus ascensiones de solo integral. Fue una pionera entre hombres y mujeres en hacerlo.

Antes de iniciar su escalada en solo integral en la cara norte de la Torrre Castleton, Davis anteriormente había subido la torre un par de veces por otras vías, con protección. Pero la apuesta de 2008 iba a ser completamente diferente. Eligió el día 8 de mayo para acometer el plan.

"Soy un hilo más, entrelazándome con el ritmo de la música"

”Me siento debajo de la grieta. Desierto rojo. Me pongo un pasador de flores en el pelo como una ofrenda en la base de la pared. Sin cuerda, me siento desnuda, pero libre, tan pura como la grieta. Respiro profundamente. Fijo mi mirada, mis manos y pies en la roca, y dejo que mis respiraciones me conduzcan. Todo se convierte en una línea perfecta. El miedo es un concepto desconocido. No estoy sola aquí. Ni siquiera soy yo. Soy un hilo más, entrelazándome con el ritmo de la música”.

Davis se puso los cascos, encendió la música y empezó la subida sin cuerda. Solventó la primera parte con éxito. A partir de ese punto Steph sabía que solo podría avanzar hacia la cima, y que no había vuelta atrás, ya que destrepar la torre vertical sin cuerda iba a ser imposible.

Estuvo escalando rítmicamente cuando de repente, en un segundo, ocurrió algo inesperado: cruzando su pie izquierdo sobre la pierna derecha, al dar el paso, y mientras que estuvo inclinando el cuerpo hacia la derecha, sin querer pisó con el pie derecho la pierna suelta de sus pantalones. Había olvidado subirse los pantalones antes de empezar la ascensión. Un error trivial.

Su zapatilla en ese momento patinó sobre la tela de los pantalones. Davis instintivamente se sujetó con las manos mediante un agarre mortal llena de adrenalina, colocando el pie rápidamente en un punto de agarre sobre la roca, apartando con la punta del pie la pierna suelta del pantalón enganchado. Trepó rápidamente por el desnivel y logró colocarse en una repisa, tras asegurarse con la fuerza de sus brazos. Allí se sentó agotada y lo primero que hizo fue remangar los pantalones. Todavía la esperaban dos secciones técnicas y difíciles para llegar a la cima de la torre. Estaba nublado y hacía bastante viento.

Permaneció allí sentada durante mucho tiempo, con la espalda contra la pared, mirando el paisaje espectacular que se veía sobre el desierto y las otras torres. Necesitaba relajar la mente, tenerla clara de nuevo, pero dentro de su corazón sintió que iba a poder subir la torre hasta el final. De nuevo se puso de pie lentamente y seguía con la ascensión. El viento se calmó, el cielo se aclaró y Davis finalmente alcanzó la cima de la Torre Castleton. Allí se acercó al lado suroeste, se colocó en el punto de salida, que fue un borde puntiagudo en la formación. Con la cabeza en alto y los hombros hacia atrás, respiró profundo y saltó empujando su cuerpo con el pie izquierdo hacia el vacío. Un mundo en un instante, alejándose de la cima de la torre como un águila a velocidad de vértigo. Durante el salto a la altura requerida abrió su parapente, aterrizó salva y sana y volvió a su furgoneta.

"Creo que si hubiera una sola palabra para describir su objetivo en la vida, sería: libertad. No se puede enjaular a un pájaro salvaje"

Davis acabó de hacer la primera ascensión absoluta (mujeres y hombres) en solo integral de la cara norte de la Torre Castleton.

De todas las escaladas que yo había hecho y seguiría haciendo en mi vida, todas las primeras ascensiones en grandes paredes y rutas alpinas, esta escalada de Castleton es mi favorita”.

Davis recalcó después que para ella no fue importante el prestigio de ser la primera persona en hacer algo. Escalar sin cuerda y hacer el salto BASE de Castelton para Steph significó ser la combinación perfecta, el salto perfecto en la torre perfecta. Fue arte. Un baile único. ”Me gusta el baile con poder”, dijo Steph Davis una vez.

Creo que si hubiera una sola palabra para describir su objetivo en la vida, sería: libertad. No se puede enjaular a un pájaro salvaje”, dijo de ella su pareja Ian Mitchard.

Con determinación, trabajo duro y metódico, tanto a nivel físico como mental, Davis quien en noviembre cumplirá 50 años, sigue activa, y cerca de su domicilio en Moab a menudo escala y hace saltos o vuela en traje de alas. Al mismo tiempo, lleva un club deportivo donde sus amigas y clientas salen a escalar con ella a las rocas rojizas del desierto de Utah.

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