Guía para entender la pelea de Topuria en UFC: la distancia y el cardio

Ilia Topuria celebra su victoria sobre Ryan Hall.
Ilia Topuria celebra su victoria sobre Ryan Hall.
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Ilia Topuria celebra su victoria sobre Ryan Hall.

Sucede a veces que, después de entrenar MMA durante un par de horas, te cruzas con alguien que está haciendo otro deporte (véase pádel, atletismo, fútbol o baloncesto) y uno no puede evitar pensar: "míralos, creen que hacen deporte". Esta idea no viene, ni mucho menos, de un intento de deslegitimar otras formas de ejercitarse, sino porque acabas de dejar hasta la última gota de tu energía en un tatami. Es posible que en otros deportes también aparezcan estas ideas, pero como de lo que hablamos es de MMA y que la pelea de Topuria está a la vuelta de la esquina, vamos a centrarnos en este deporte.

El acondicionamiento físico para las MMA no es duro, es durísimo. Cualquiera que haya boxeado sabe lo exigente que es este deporte y lo mismo sucede con el kickboxing o brazilian jiu-jitsu. Pero cuando lo combinas todo y, sobre todo, cuando integras el wrestling con el k-1, las sensaciones de cansancio que puedes llegar a experimentar son brutales. Tanto es así, que a veces uno prefiere que le noqueen o finalicen a seguir peleando, de puro cansancio. “Que me maten, por favor”. Este es el nivel de agotamiento.

Tener una buena preparación física para una pelea de MMA es, por tanto, fundamental. De nada sirve tener una técnica depuradísima o una fuerza proverbial que solo dura dos minutos. Si no puedes dar lo máximo durante al menos tres asaltos de 5 minutos (cuando no cinco de cinco) tienes un serio problema, porque antes o después te vas a topar con alguien que sí puede, que te va a aguantar todo lo que le tires y que, cuando estés cansado, te va a pasar por la izquierda como un Ferrari. Dicho de otra forma, si estás cansado y el otro no, lo más probable es que acabes cobrando.

Aguantar tres o cinco asaltos, en cualquier caso, quiere decir que eres capaz de hacer esfuerzos máximos y continuados durante todo ese tiempo. Por ejemplo, si pasas un asalto de cinco minutos en el suelo boca arriba con tu oponente encima esto significa que tienes que poder aguantar durante todo ese tiempo haciendo un único abdominal con una persona de tu mismo peso presionandote y pegándote. Y nada de cometer errores, claro. Si te equivocas al posicionar un brazo o la cadera y tu oponente lo ve, estás perdido. No es de extrañar que parte de las clases de MMA se parezcan a las de crossfit y que el tatami quede a veces literalmente como una piscina.

Aquí podéis ver una selección de algunos luchadores exhaustos en MMA:

La distancia

Junto al cardio hay otro elemento central en las MMA que es la distancia. De nuevo, puedes lanzar los golpes o derribos más técnicos y fuertes, que si no estás a la distancia apropiada no vas a llegar. Coger la distancia, es decir, saber cuál es el punto exacto en el que sabes que puedes llegar a tu rival, es uno de los aspectos más complicados de aprender en MMA. Es una cuestión de centímetros (incluso a veces de milímetros). Es algo tan sutil que hay días u oponentes ante los que no se consigue. En el caso de la pelea de Emmet y Topuria ambos tienen el mismo alcance (se mide poniendo los brazos en cruz) más o menos. Topuria alcanza los 175 cm mientras que Emmet llega un poco más lejos, 177.

Tener un alcance menor implica que debes “romper” la distancia, es decir, acortar el espacio que te separa. Esto suele ser una desventaja para los luchadores más bajos, que tienen que arreglárselas con cabeceos o esquivas para entrar en la distancia del rival. En esta ocasión Topuria no tendrá este problema, aunque si peleara por ejemplo con Max Holloway esto sí que sería un handicap.

Un buen ejemplo para entender la importancia de la distancia es la pelea entre Mcgregor y José Aldo en UFC hace ya unos años:

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