La llegada de Messi a China ha puesto al país patas arriba. La presencia del astro argentino era la ocasión perfecta para que los seguidores del fútbol disfrutasen de un jugador de tan alta calidad. Sin embargo, no todo ha salido según lo esperado y se están viviendo unos días de auténtica locura.
El futbolista pisó tierra china el 10 de junio, día en el que vivió el surrealista percance en el aeropuerto. Tras aterrizar en Pekín, el rosarino tuvo que esperar más de dos horas en aduanas puesto que llevó su pasaporte español y no el argentino, que era el documento para el que se había emitido su visado de entrada.
Messi no podía entrar al país hasta que le emitieron un visado de emergencia. Y entonces, cuando todo quedó solucionado, se vio obligado a entrar en el hotel de concentración de la selección argentina por la puerta trasera. Los aficionados chinos habían bloqueado la entrada principal.
El ímpetu de los aficionados era tan inmenso que incluso se tuvo que cancelar un evento presencial con Messi por motivos de seguridad. Sin embargo, las plataformas principales de venta sí que anunciaron diferentes retransmisiones con el campeón del Mundial y triunfaron por todo lo alto.
La aplicación de vídeos cortos Kuaishou, por ejemplo, anunció una entrevista exclusiva realizada por el medio deportivo Titan Sports y lo primero que ofreció fueron diez segundos de Messi en una tertulia de 52 minutos en la que solo conversaban dos presentadores chinos y que obtuvo más de cinco millones de visualizaciones en directo.
Pero en estos días también se han consumado varias estafas. La policía de Pekín denunció que en Weibo -semejante a Twitter, censurada en China- se ofertaba una cena con el capitán argentino a cambio de 300.000 yuanes (41.875 dólares, 38.804 euros), además de entradas falsas por doquier.
Si hay algo claro de esto es que "todo es por dinero", tal y como afirmaban unas jóvenes admiradoras de Messi en una tienda de productos oficiales de Argentina. Y en ellas precisamente la venta estrella ha sido una cabra con la camiseta albiceleste, estaba agotada (GOAT representa, en inglés, las siglas de "el mejor de todos los tiempos").
Pero, a pesar del esfuerzo económico de todos estos seguidores, muy pocos han podido ver a su ídolo. "Me vine desde Shanghái (este) con la esperanza de poder ver a Messi, pero el precio de las entradas me lo impidió. Tendré que conformarme con verlo en la tele ahora en el Inter Miami", aseguró una joven.
Por ahora, el único afortunado que puede presumir de tener una instantánea con el capitán es un conductor chino. Se hizo un con Messi dentro del autobús mientras esperaba en el interior de su coche en un semáforo, foto que se ha viralizado en las redes sociales.
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